viernes, octubre 24

3×3 (24/10/25)

POR: BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO

UNA JUSTICIA EN DEUDA

Los rezagos de la justicia paraguaya son tan notables y sus contradicciones enormes que, cuando solicitan que se pague mejor a jueces y fiscales, la carcajada ciudadana resuena en todo el país y les cuesta mucho a sus socios en el Congreso lograr incrementar salarios a gente que no está a la altura de lo que realmente se requiere en estos momentos, que es enderezar lo torcido.

La situación es realmente para la risa cuando uno observa que algunos sancionados por contactos con el narcotráfico y el crimen organizado, como el senador Erico Galeano, gozan de prisión domiciliaria, pero en carácter de sambucú, porque pueden participar de las deliberaciones de la Cámara de Senadores, mientras se sustancia aún un largo proceso por la Operación Ultranza, que terminó con algunos en prisión, una gran mayoría de ellos no, como el caso del uruguayo Marcet, que ahora amenaza a cualquiera que intente capturarlo en territorio paraguayo, boliviano, peruano o colombiano, según dijo en las redes sociales.

Una de las grandes carencias actuales de nuestra democracia es justamente que el crimen organizado ha sentado sus raíces y sus reales entre nosotros, y lejos de poder meterlos en cintura desde la justicia, la han hecho cómplice de muchas de sus fechorías.


LUQUE REQUIERE UN TREN

El debate sobre una construcción vial en la zona de Luque tendría que haber tenido una conversación más profunda con la comunidad, que con lógica se enoja cuando dice: “Esto va a transformar por completo nuestras vidas y va a llenarnos de circunstancias que no queremos que acontezcan”.
Si el problema era la movilización de personas en grandes cantidades, y ya existiendo incluso una vía férrea que conectaba desde años inmemoriales a Luque con Asunción, lo lógico hubiera sido que se llevara adelante el llamado tren de cercanías a un costo notablemente menor, menos invasivo de la arquitectura y la geografía de Luque, menos poluente y menos solución parcial como se propone con la forma actual.

Los paraguayos tenemos que aprender a ser prácticos y buscar las soluciones que en otros países ya se dieron a mediados del siglo XIX, cuando Londres ya tuvo un metro. Nosotros, todavía a más de 150 años después de esa experiencia, nos preguntamos cómo es que estamos tan atrasados los paraguayos, con trenes que ya circulaban desde el año 1854 en los tiempos de don Carlos Antonio López.
Sin embargo, ahora que podría ser una solución todavía mucho más eficiente con la abundancia de hidroenergía que tenemos, seguimos empeñados en buscar soluciones parches, gravosas y traumáticas.


ASUNCIÓN MERECE RECUPERAR SU CENTRO HISTÓRICO

La recuperación del centro asunceno en términos arquitectónicos parece una muy buena idea, especialmente cuando se trata de redescubrir todo ese patrimonio arquitectónico del que hemos sido tributarios durante tantos años.
Esto requiere también una recuperación de la seguridad y de la habitabilidad del centro. Si no se dan esos valores, vamos a tener una especie de recuperación de la cara, del rostro, pero la gente no va a retornar a vivir en el centro, que es la característica central cuando se pretende darle vida de nuevo.

Asunción tiene una hermosa capital con varias muestras de una arquitectura subyugante, abandonada en gran parte de ese centro que se ha vuelto hostil para los que quieren vivir en la zona, peligrosa por la alta criminalidad y poco atractiva en su conjunto para aquellos que pretendan visitarla.
La recuperación del centro histórico tiene que continuar y tiene que traspasar esta administración. Tiene que volverse un sueño de cada uno de los paraguayos que pretenden volver a recuperar la belleza de su ciudad capital para cada uno de nosotros.