@benjalibre
POBRE EMPATÍA DE POLÍTICOS
La consolidación de una política en democracia que realmente se construya sobre vínculos de confianza se basa fundamentalmente en la empatía que deben tener los líderes políticos con sus mandantes. Tener en consideración los diferentes aspectos que les tocan de cerca y actuar en consecuencia.
Lo que hemos visto durante estos días es una arrogancia y un desprecio a la consideración de la gente cuando la diputada Abed habla de que la gente vive muy bien y que hace colas para tomarse un café latte con cheesecake. O lo que dijo el otro senador, también colorado, Pettengill, quien habló de que la cantidad de gente que puede comerse carne premium es muy limitada y que deben contentarse con el puchero. Todas estas consideraciones que pueden decirse reflejan el carácter de muchos de nuestros políticos, en realidad lo que muestran es un grave desapego a la forma en que vive la gente, a la escasa consideración que tienen a las condiciones de pobreza que afectan a millones en nuestro país, a las necesidades que pasa gran parte de nuestra república, el salario que no alcanza, los precios de los alimentos que están por los cielos.
Nada de eso parece importarles a nuestros mandatarios, a nuestros «rebi jokuai», como se dice en guaraní, quienes deberían ser los primeros en sentir lo que siente la gente. Pero claro, con grandes privilegios, con excelentes salarios, con escaso trabajo, no pueden decir más que lo que dijeron. Pero demostraron de nuevo un notable desprecio hacia la ciudadanía y una absoluta falta de empatía.
JUSTICIA PODRIDA
Las acciones judiciales siguen demostrándonos que la justicia como institución sigue siendo bastante permeable a la corrupción. Han dispuesto de los bienes de personas que no podían disponer de ellos, como el caso del hijo del asesinado diputado Lalo Gómez, según versiones envuelto en casos de narcotráfico y que no podían hacer el traslado de esos bienes a su abogado.
El singular Óscar Tuma, que dice que las propiedades le fueron pasadas porque eran en forma de pago por los servicios profesionales que estaba dando. Sin embargo, se comprobó que habían adulterado el nombre de la persona que disponía de estos bienes. En vez de poner Alexander, que era el nombre del hijo, pusieron Alexandra.
Con lo cual, expusieron con claridad que el procedimiento fue absolutamente contrario a la norma, ya que en ese tiempo no podía ya el hijo de Lalo Gómez disponer de estas propiedades. Esto pasa de forma frecuente y reiterada en nuestro sistema judicial, en donde todo es permeable y en donde cualquiera puede terminar torciendo aquello que está camino a ser enderezado por el derecho. Personajes incluso de segunda o tercera línea, como este caso del técnico de la informática que pudo haber sido el responsable del mismo, o la cuestión de los ujieres en la mafia de los pagarés, demuestra que el sistema judicial está podrido de la cabeza a los pies y que no hay parte de esa estructura que se salve de lo que significa el tener que ir a la justicia recurriendo para que le den la razón o argumento si no se tiene dinero para sostener la posición.
De lo contrario, los de abajo como los de arriba terminan distorsionando todo.
UN PAÍS ENFERMO
La situación de la salud en el Paraguay es bastante mala, no solo en la atención cotidiana, en la mala organización del sistema, en el escaso salario que reciben los médicos tratantes, de las dificultades que tiene la gente para tomar incluso algo tan sencillo como un turno.
Además de eso, hay varias obras de salud que están abandonadas, unidades de salud familiar, centros que se construyeron y se dejaron sin terminar como el del INCAM, o el robo de fentanilo en un hospital militar, «San Jorge», nos demuestra el estado calamitoso en que está la salud del país. Es probable que la ministra no sea la única responsable y que termine afirmando que ese es un monstruo devorador de cualquier tipo de capacidades que se coloque por delante.
Si no existe una férrea voluntad del gobierno de acabar con todo aquello que realmente lastra las posibilidades de elevación de este país, no habrá cura para estos males en la salud, no encontrará para nada más que un sistema diseñado para la corrupción y ninguna alternativa posible para los miles de usuarios del sistema que recurren todavía a ellos porque no tienen opciones. El problema sanitario es un problema grave y ahora con el Garrahan de Buenos Aires, con recortes de parte del gobierno de Milei, ni esa opción existe para los nuestros.
Periodista Senior
