POR: BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
SINCERARSE CON LOS NÚMEROS
Una de las cuestiones centrales que guía la acción de cualquier gobierno es ser sincero con los números. Hemos tenido ejemplos bastante lamentables como el que se ha dado en los últimos días con respecto a los cálculos del Ministerio de Economía en torno al déficit fiscal que terminará en el año 2025. Dice el gobierno que será aproximadamente 2,5 o 1,9, en esa franja, pero sin embargo, si se sumaran las acreencias del Estado con varios proveedores de bienes y servicios, estas cifras tendrían que duplicarse.
Y eso lo vemos en prácticamente todas las actividades económicas del país. Necesitamos una institución estadística que cuente la verdad independientemente de lo que el gobierno quisiera transmitir a la sociedad. Eso es como irse a un análisis clínico.
Le saquen a uno muestras de orina y de sangre y posteriormente le pague uno al que analiza esos números para que no aparezcan índices altos de triglicéridos, de colesterol y de otras cuestiones que miden ese tipo de análisis. Hay que decirle al Paraguay la verdad en torno a cómo están los números del país: cuánto tenemos de inflación, cuánto es lo que se roba del presupuesto, cuánto es lo que no se recauda en términos de tributos.
Para, sobre esa base, hacer una planificación país que realmente se reconcilie con los números y permita que tengamos una democracia dominada por la transparencia.
SABER QUÉ HACER
La oposición en Asunción va a ir a unas compulsas que no se sabe aún cuál va a ser el mecanismo, si el de las encuestas o el de las urnas delivery, entre Johana Ortega y Soledad Núñez.
Lo que habría que proyectar, en verdad, más allá de la cuestión de la convocatoria a ese modelo de buscar aunar esfuerzos, es que haya realmente un mensaje claro de la oposición con respecto a lo que habría que hacer en una ciudad destrozada y en bancarrota como Asunción. Lamentablemente, no son auspiciosas las medidas que deberá tomar en el corto plazo un intendente o una intendenta que asuma. Tendrá que deshacerse, por ejemplo, de 5.000 empleados municipales con todos los costos que eso pueda suponer.
Y en el medio habrá varios intereses político-partidarios, incluso de algunos que apoyarán la candidatura primero y el triunfo hipotético después de la persona que salga elegida.
Tendrá que hacer cirugía mayor, dolorosa, y tendrá también eso quizás impacto en las elecciones de 2028. Todas esas cuestiones tendrán que ser vistas, pero tienen que hacerse.
Asunción no puede continuar siendo gerenciada como está ahora, en donde básicamente el objetivo es proveer empleo a la clientela política y no darles los servicios a los ciudadanos asuncenos que están abandonados desde la recolección de basura hasta el cuidado de plazas y jardines. Asunción requerirá una intendenta o un intendente de muchas agallas, de mucho coraje y de mucha determinación.
SALUD MAL ADMINISTRADA
La salud pública en el Paraguay está muy mal desde hace bastante tiempo, a pesar de la habilitación de nuevos hospitales, por falta de recursos por un lado, por mala utilización de esos recursos por el otro y porque no hay una idea acerca de cuál debe ser el servicio de salud que el gobierno, con los impuestos de cada uno de nosotros, debería darle a la población.
En ese sentido, el Círculo de Médicos afirma que la superintendencia que debería haber controlado el mecanismo y función de la salud en el Paraguay ha tenido un mecanismo distorsionado de elección y eso ha llevado a que el propio ministerio tenga que escoger a alguien que le sea benigno en sus reportes antes que alguien que tuviera la capacidad de ser crítico, como un síndico en una empresa privada, acerca de cómo se manejan las cuentas públicas.
El Paraguay ha tenido siempre inconvenientes en los mecanismos de control.
Alguien afirmó alguna vez que el paraguayo es bueno, pero controlado es mejor. Y acá, en el descontrol, está la clave de los 2.000 millones de dólares que, eufemísticamente, el Fondo Monetario y el Banco Mundial dicen que se “malgasta en las arcas públicas del Estado” para no decirle en la cara al gobierno que se roba.
Mientras los mecanismos de control no funcionan, la salud estará siempre por los suelos.
Periodista Senior