POR: BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
EL DESPRECIO AL USUARIO
El transporte público metropolitano sigue esperando soluciones de fondo. El Ministerio de Obras habló de una propuesta que se convirtió en norma, pero no ha llevado adelante su ejecución.
Tenemos una ministra que presume de haber trabajado el tema en uno de los países que tiene la más alta tasa de electromovilidad en la región, que es Chile, pero toda la experiencia acumulada allí no ha servido de nada. Tiene también un pasado nefasto con el proyecto del Metrobús. Así como van las cosas, no vemos que se resuelva el problema del transporte público en el área metropolitana.
Tenemos sobreabundancia de hidroenergía, pero, sin embargo, no somos capaces de encontrar soluciones de electromovilidad para los muchos paraguayos que requieren movilizarse en un área donde viven aproximadamente dos millones de compatriotas.
Estamos muy alejados de las tendencias a nivel mundial, ni pensamos en soluciones todavía mejores que la electromovilidad, como, por ejemplo, un tren de cercanías o un metro. Todo eso parece demasiado lejano para un país que no puede resolver una demanda urgente y necesaria, como el transporte público que esté relacionado, por lo menos, con la dignidad del trato que todo ciudadano en democracia se merece.
ESCONDIDOS MEJOR
La transparencia de la que tanto presumía el gobierno de Cartes ahora se está yendo al garete, porque han pasado los diputados una confirmación de que uno le tiene que pedir permiso a uno de nuestros empleados públicos para que nos dé información acerca de sus salarios y sus ingresos. 350.000 brahmanes no quieren ser molestados por los dalits, que viven en la marginalidad y que, a pesar de que el artículo 28 les da la potestad de saber todo en torno a estos temas, hay sectores que se niegan a hacerlo.
Ahora retorna la Cámara de Senadores, que tiene una propuesta un poco mejor —no tanto, tampoco, pero algo— y que podría ratificarse en su posición y levantar la resolución que hizo la Cámara de Diputados en una conversación que duró menos de cinco minutos en el día de ayer.
Lo cierto y concreto es que, a través de la Ley de Transparencia, que reglamentó el artículo 28 de la Constitución, nos enteramos mucho, en todo este tiempo, de lo mal administrado que se encuentra nuestro Estado y de cuánto dinero se llevan nuestros rembiyokwai, nuestros empleados, nuestros funcionarios públicos, que ahora se han reunido con sus representantes en el Congreso y no quieren que sepamos nada más en torno a sus ingresos.
UN HUB QUE SIGUE ESPERANDO
El Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi hace bastante tiempo tendría que haber sido remodelado. Mientras países como Perú inauguran un nuevo aeropuerto y hay otros, como Bogotá, que hacen un gran cambio en su hub de recepción y salida de vuelos, nosotros seguimos insistiendo con arreglos y agregados a un aeropuerto que sigue esperando que se construya uno nuevo, acorde a los casi un millón de personas que utilizan dicho aeropuerto todos los años.
No vamos a convertirnos en lo que queremos ser —un nudo de aviación en el centro de América Latina— si continuamos haciendo lo mismo desde hace varios años.
Lo que tenemos que hacer es modificar también nuestra conexión interna y acelerar nuestra conectividad directa con Estados Unidos. Varias tareas no se llevan adelante mientras se presume de que se ha construido una nueva manga en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi. Necesitamos grandes cambios en ese sector si queremos ser atractivos para asegurar que los viajes de Peña tengan sentido hacia el exterior.
Periodista Senior