La cifra invita a profundizar el tema. Significa que 28 de cada 100 niños del Paraguay viven en estado de pobreza. Si abrimos el panorama, es la mitad del promedio latinoamericano y bastante por debajo de países con recursos presupuestarios inmensamente mayores a los del Paraguay. Pero la categorización por comparación no sirve a los efectos de un cálculo al interior de la estructura social paraguaya.
Un estudio de UNICEF sobre la pobreza multidimensional en el Paraguay señala que «los niños que nacen pobres, viven en condiciones insalubres, reciben poca estimulación o buenas pautas de crianza y tienen mala nutrición en los primeros años, son mucho más propensos que sus pares de familias más pudientes de crecer con retraso en el desarrollo del cuerpo y la mente. Estos niños tienden a tener bajos desempeños en clase, repetir más frecuentemente el grado o curso y abandonar el sistema educativo a tasas elevadas».
¿Es reversible este proceso? Muchas sociedades han demostrado que sí, pero también quedó claro que no es sólo el factor monetario el que incide. Por ejemplo, en 2021 toda persona con un ingreso de menos de Gs.10.406 diarios (US$ 1,44) estuvo bajo la línea de pobreza extrema en el área urbana, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística.
Ese año, la pobreza extrema fue del 3,9%. Sólo la inyección de planes sociales del Gobierno (tekoporã y pensión para adultos mayores) impidió que esa tasa trepara al 5,3% según evaluación del INE.
Sin embargo, ahora se habla desde el Banco Mundial de un nuevo indicador social denominado «línea internacional de pobreza» con ingresos de US$3,20 y US$5,50 al día.
Estas cifras elevan el tiro y comprometen a los países con una vara más alta que descongela el indicador y le aplica un impulso de evolución global. El BM ha encontrado que «en América Latina la población que carece de saneamiento adecuado es varias veces superior a la población monetariamente pobre. Los pobres rurales también están mucho peor en América Latina, un reflejo del bajo nivel de educación y saneamiento».
Otra vez, teléfono para los políticos. No podemos seguir tirando de una cuerda que ya se rompe. O volcamos en forma inteligente y masiva recursos del PBI para la educación, la salud familiar y ambiental… o la ecuación del acápite podría revertirse con cualquier descuido.
RESUMEN
Un estudio del Banco Mundial indica que la cantidad de gente que en América Latina (por lo tanto también el el Paraguay) no tiene acceso a saneamiento adecuado es mucho mayor que la población monetariamente pobre. Teléfono para los políticos, para que ubiquen sus objetivos reales, no solo de campaña electoral.