El Presupuesto General de Gastos de la Nación ya tiene reclamos por más US$ 1.000 millones más que lo que ha propuesto el Ejecutivo en la nota remitida al Congreso. Mientras tanto, hay presiones en tiempos electorales.
Los maestros, que no solamente amenazan con dejar alumnos sin clases que ya vienen con varios meses y años en esa condición, sino también sin personas que estén cuidando las urnas el próximo domingo.
Los médicos hacen un reclamo similar. Saben que las fuerzas y la capacidad del Estado disminuyen en tiempos electorales notablemente y son fáciles de convencer para conseguir aquello que reclaman.
Esta es una cuestión, realmente, de decisión de fondo. El Estado, a través del Ejecutivo, dice que va a estudiar el aumento de impuestos al tabaco. Allí estará pisando los callos de Cartes y sus empresas tabacaleras; subir de un 18% a un 40% no parece una idea descabellada y de paso, dará recursos a las personas que han sido afectadas por el consumo del cigarrillo y que han quedado en situación cancerígena.
Todo esto puede ser una muy buena noticia; además, los cartistas se encuentran con una situación muy difícil de explicar, que quieren que se les de el 16% a los maestros y también a los médicos. La gran pregunta es de donde pueden salir los recursos y eso solo tiene dos fuentes: los créditos, aumentando nuestro endeudamiento, o por otro lado el incremento de impuestos a ciertos sectores del país, entre los cuales, no estaría nada mal incluir a los tabacaleros.