Comentario 3×3
La democracia paraguaya cumple 32 años y es un tiempo suficiente como para haber madurado de manera completa en torno a lo que realmente es ella: un escenario y un espacio en donde tendríamos que expresar nuestra responsabilidad, nuestro compromiso y nuestra libertad como ciudadanos.
La democracia es un medio, no es el fin de nada. Es simplemente la posibilidad de alcanzar la dignidad y la libertad. 32 años después no vemos que el Paraguay sea más digno o más libre, no vemos que realmente cada uno haya podido aportar, desde la condición que le toca, un gramo de responsabilidad que engrandezca y haga valorar este espacio político que denominamos de esa manera.
Responsabilidad viene de la palabra latina res: “cosa” spondere: “ponderar, valorar”. No valoramos nuestra democracia y por lo tanto la hemos dejado en simple administración de unos políticos sin vergüenzas y una justica vendida. Es la hora que los ciudadanos abandonen la condición de idiotas y vuelvan a ser ciudadanos en el amplio sentido romano del término. Alguien que se preocupa por el destino común de la ciudad, de lo que realmente nos corresponde y pertenece a todos: la res pública.
El Paraguay celebra hoy el Día de la Democracia por decreto firmado por el hijo del anterior secretario privado del dictador Stroessner, pero no es suficiente con que se firme un decreto y que el Congreso haya pasado y establecido esta fecha como tal. Lo importante es que ellos dignifiquen el sentido de la democracia, para que no terminemos simplemente incentivando la nostalgia de los autoritarios y degradando el sentido de la libertad en su camino.