Foto: Europa Press
Un nuevo golpe a las Fuerzas de Tarea Conjunta en el norte del país y no hay una sola respuesta inteligente acerca de cómo tener que abordar este problema. Lo mínimo que puede hacer el Gobierno es relevar de sus cargos al Ministro de Defensa y a los encargados operacionales de este tipo de actividades, quienes han demostrado una notable incapacidad para lidiar con el problema de la insurgencia. Dicen que no es numerosa la cantidad de integrantes del EPP, pero tienen un componente explosivo en la zona que termina minando todo nivel de confianza en el trabajo de los sectores: El narcotráfico.
El gran problema del norte del país radica en eso y los que creían que el conflicto se iba a dirimir sobre la base de que no querían que las fuerzas militares ingresen en dicho territorio, pareciera que por el contrario se volvieron más funcionales al negocio y hoy estamos hablando de miles de kilos de cocaína que circulan por todo el territorio del país y, por qué no, provenientes también de la zona norte en donde se encuentra la insurgencia y el problema del EPP.
Inicialmente se creía que era un problema de reivindicación social, de pobreza, de marginación. Otros hablaban también de cuestiones ideológicas, pero, así como se comprobó con la larga lucha contra las FARC en Colombia, eran absolutamente funcionales a los grandes patrones de la droga.
Estos encontraron aliados importantes en los llamados insurgentes y con ellos hacían pingües negocios que iban en favor de ellos y en contra de la economía en su conjunto.
Habría que pensar soluciones holísticas, amplias, generales, incluyentes, aquellas que realmente demuestren la voluntad de alcanzar una solución, porque lo que estamos viendo hasta ahora con estos tres militares fallecidos es que la voluntad del deseo de dar un paso hacia algo determinado está muy lejos.
