Desde el extremo de una península fuertemente golpeada por la guerra que dividió en dos y con una extensión 100,210 km², Korea del Sur, con problemas que van desde el suicidio, catastrofes naturales hasta amenazas de guerra, desde este lugar no solo salen vehículos, teléfonos y otras tecnologías usadas en la casa u oficina, desde ahora en más es mejor que se habitué a ver y escuchar a coreanos no hablando en su idioma y acento particular sino, este código de comunicación traducido al arte.
Ya que se encuentran desarrollando y exportando música y drama que ha logrado hasta ahora hipnotizar a la gente que ya no se cuelga solo de las telenovelas y música norteamericanas, latinas o europeas sino disfruta del trabajo de personas con la piel y ojos distintos que han demostrado y sorprendido con un talento artístico también en Asia para el mundo. Corea exporta talento artístico y confirma el valor de la economía naranja.
El éxito no se produjo de la noche a la mañana. Por el tiempo que exige también el preparar artistas para cautivar y sostener su encanto en el país y en el mundo, debido a que a través de internet no solo podemos informarnos, ubicarnos, comunicarnos sino hoy día se está volviendo un nuevo canal para transmitir y vender cultura, una oportunidad que desde estas latitudes ha logrado quizá empezar la revolución de emitir arte y capturar a un público que sin darse cuenta se encuentra cantando o imitando gestos o expresiones de cantantes o actores. No necesitan intermediarios. Van con el streaming de Netflix a comerse el mundo.
Ya son referencias conocidas y admiradas hasta en sudamérica el hecho de tener radios y pantallas con trabajos de músicos cómo bts o dramas cómo Bulgasal: Immortal Souls que tienen una pequeña dosis de cultura local más son adaptadas al mundo. Uno de los desafíos más complejos que han logrado superar y ahora tienen un número considerable de seguidores, suscriptores y amigos en sus redes y más gente vista en los conciertos y apariciones para un público que no duda para utilizar su teléfono para salvar una selfie con su estrella.
Durante décadas la reputación del país estaba definida por sus coches y celulares fabricados por empresas como Hyundai y LG, que también han servido para la exportación de la marca made in Korea y quiza asi empezar lo que hoy día se ha convertido de electrodomésticos y transportes a cultura que aunque no esté empaquetada cómo el teléfono. Solo un modelo de teléfono de la coreana Samsung genera tres veces más ingresos que el paraguayo.
Renaciendo
Sus producciones conquistan Hollywood donde ganó por primera vez una película extranjera el Oscar con el film “Parásitos” la función de entretener al oyente o público de televidentes que ahora llevamos la pantalla en el bolsillo desde donde ya no hay barreras de idioma o cultura por tener aplicaciones que se adaptan a los espacios geográficos. Todo esto hace que la digestión de los trabajos de esta gente más fácil y sin excusas ni miedo para probar la calidad de su trabajo.
Parte de su población ha migrado al Paraguay en la década de los sesenta del siglo pasado siendo uno de los países más pobres del planeta. Hoy son la undécima a nivel mundial y ganan mercados con productos anteriormente desconocidos como la música, los espectáculos y el cine. Todo esto después de una triste guerra civil en el que se cree murieron 4 millones de coreanos.
Un desagradable episodio que en este tiempo está mutando por la revolución que sacuden desde parlantes, auriculares y pantallas, dejando en claro que es posible repetir lo que hizo el ave fénix de encontrar soluciones a situaciones adversas. Si su hijo, sobrino, hermano o nieto lo sorprende hablando un idioma que no maneja no se inquiete y entienda que forma parte del efecto de esta nueva revolución.