Se habilitó una de las obras más importantes en términos de desarrollo, una planta de tratamiento de desechos cloacales en nuestra ciudad capital. Es la primera en más de casi 400 años de fundación de Asunción Esto, que es una cuestión básica y elemental en cualquier ciudad que se precie de desarrollada, ha tardado mucho tiempo en hacerse en nuestro territorio, y ayer se inauguró con completo silencio y sin darle ningún tipo de destaque a una obra cuyo valor supera los U$S 25 millones.
No estuvo el Presidente en la zona de Varadero, en lo que consideraba también era un momento muy importante por recordarse el Día Internacional del Agua. Para pensar, durante mucho tiempo todos los efluentes cloacales de las casas de los asuncenos iban directamente al río, de donde se extraían los pescados que eran alimentados por los desechos cloacales, con todo el impacto que esto puede tener no solo en el consumo de peces, sino también en el ecosistema, en la cantidad de coliformes fecales en el consumo cotidiano… todo esto puede ser historia a partir de la habilitación de la primera planta a la que se deben sumar otras, y que tienen que ir de la mano con la expansión del sistema de desagüe cloacal en todo el país.
Es una vergüenza todavía que, algunos barrios asuncenos no tengan desagües cloacales y gran parte de las ciudades grandes, satélites a la capital, tampoco. Si lo sumamos a la cuestión del problema que tiene el lago Ypacaraí, toda la zona de la cuenca del lago, las ciudades que se encuentran en su vera tampoco tienen desagües cloacales y menos tratamiento de esas aguas negras.
Ahora sí tenemos por primera vez y el Presidente ni pasó, ni olió el tema, en una cuestión que hubiera sido importante para enviar un mensaje sobre lo que significa el desarrollo, preservación y cuidado de la salud de las personas.
