La transformación educativa es un ambicioso proyecto incluido dentro de la agenda de este gobierno sobre la base de la moribunda reforma educativa. Sin embargo, a estas alturas podemos decir que la misma se encuentra estancada y es bastante poco probable que avance durante el gobierno de Abdo, que lo mejor seria ya conceder al gobierno entrante la posibilidad de llevar adelante el ambicioso proyecto, de hacer más eficaz la tarea de instrucción en otras escuelas y colegios.
El propio ministro de Educación el ingeniero agrónomo encargado del despacho dijo: “carecemos de credibilidad”, una afirmación tan contundente como ésta, nos debe llevar a la reflexión en torno a donde estamos en función de los argumentos que se están esgrimiendo, en torno a que realmente apunta la llamada transformación educativa.
Desde aquellos que capitanearon la reforma como el cura jesuita Montero Tirado, que dice que esto no es válido porque legalmente no se establecieron los modelos para llevar adelante el debate hasta aquellos que consideran que la cuestión del debate sobre el género masculino, femenino o intermedio, es una parte mucho más central que el proceso de saber leer, escribir o sumar o restar.
Muchas de estas cuestiones provienen también del cansancio del hastío de la población, de haber debatido tanto sobre educación en los últimos 30 años y haber tenido tan escasos resultados. Los que podrían haber propagado las ventajas de la educación son las primeras referencias de su fracaso y cuando el propio ministro de Educación dice carecemos de credibilidad ya hay poco por avanzar, hay que dejar que el siguiente gobierno se encargue de este desaguisado.