La hinchazón, las náuseas, los vómitos, la amenorrea o pérdida de la menstruación y el aumento de tamaño del abdomen o de peso, constituyen algunos de los síntomas que, de forma similar a una gestación “normal”, desarrollan las mujeres con el trastorno de un embarazo psicológico o pseudociesis.
El deseo intenso de convertirse en madre en medio de problemas de fertilidad o la respuesta a un entorno exigente para las mujeres pueden ser algunos de los factores desencadenantes del trastorno, detalló la psicóloga Celeste Cano.
“Además de los deseos personales, el entorno también influye en gran medida. A veces, la pareja o la familia de la afectada están muy expectantes y la mujer se ve obligada, de cierta forma, a complacer este deseo de cumplir el ‘rol de mujer’ de concebir”, explicó.
En esta misma línea, la Sociedad Española de Psicología Clínica detalló que el trastorno del embarazo psicológico también puede aparecer en mujeres que sufrieron abortos espontáneos, la pérdida de un hijo, o que se encuentren en un periodo menopáusico en el que deseen seguir sintiéndose productivas.
Otros factores que pueden hacer aflorar el embarazo psicológico son, según dicho gremio de psicólogos españoles, el miedo intenso a quedar embarazada en el caso de jóvenes que inician su vida sexual, sobre todo si provienen de entornos muy conservadores.
Asimismo, la alteración se puede originar cuando hay problemas de pareja y se plantea tener un hijo como una “solución mágica” para evitar una ruptura.
CÓMO ABORDAR
EL TRATAMIENTO
En el campo de la medicina, el tratamiento del embarazo psicológico se orienta principalmente a regular las hormonas.
Sin embargo, es importante no perder de vista que la alteración se trata de un trastorno psicológico de origen ansioso. Debido a que la mujer cree que está embarazada, se debe encontrar la causa del estrés que originó la situación.
La aparición de un caso de pseudociesis o embarazo psicológico, generalmente, viene aparejado de un cuadro depresivo o picos de estrés, que se deben abordar a partir de la terapia “cognitiva conductual”, explicó la psicóloga.
“En este proceso verificamos todo el entorno de la afectada y sus pensamientos en relación al embarazo. En primer lugar, abordamos este ‘mundo de ideas’ con la víctima. Una vez que atravesamos esta fase, se busca asistir a la mujer respecto al cuadro de depresión con ciertos ejercicios o actividades agradables, que implican la multiplicación del tiempo de ocio”, afirmó.
Durante este proceso de “rehabilitación”, el acompañamiento familiar que reciban las mujeres en el tratamiento puede marcar la diferencia.
“Las mujeres generalmente se sienten en este proceso muy vulnerables y todos los comentarios le afectan”, expresó.
Aunque depende del grado de gravedad de cada caso, el proceso de terapia cognitiva conductual para superar un cuadro de embarazo psicológico se extiende entre 6 meses a 1 años, explicó la profesional.
RECOMENDACIÓN
Para prevenir, de cierta forma la aparición del trastorno en las mujeres que desean convertirse en madres, pero se encuentran atravesando problemas de fertilidad, la psicóloga recordó que resulta fundamental que un profesional de la psicología también acompañe el proceso o tratamiento de fertilización.