Aproximadamente un millón de ciudadanos turcos viven actualmente en tiendas de campaña, casas prefabricadas o alguna institución de acogida temporal a causa de los dos terremotos del 6 de febrero, que se han cobrado al menos 40.689 víctimas en el país, informan este domingo las autoridades.
A esto se añade casi medio millón de personas que han sido evacuadas de las zonas afectadas por el terremoto, explicó Yunus Seker, presidente del servicio de emergencias nacional turco AFAD.
“Hemos evacuado a 460.945 personas de las regiones afectadas y estamos alojando a 318.000 de ellas en albergues públicos y hoteles”, dijo Seker ante la prensa en Ankara.
“Seguimos albergando en la región a aproximadamente un millón de personas afectadas por el terremoto en tiendas de campaña, casas prefabricadas y diversas instituciones”, agregó.
Precisó que la cifra de fallecidos constatada se eleva hoy a 40.689, lo que supone un aumento de 47 con respecto al balance dado a conocer ayer, que es provisional y se espera aumento de forma significativa, dadas las estimaciones de que aún quedan decenas de miles de cuerpos bajo los escombros.
La búsqueda de supervivientes ya ha concluido en casi toda la región, exceptuando las provincias de Kahramanmaras y Hatay, las más afectadas, donde aún se busca en unos 40 edificios, dijo Seker.
Prometió que en los próximos meses se planifica terminar el establecimiento de 100.000 casas prefabricadas en la región.
Según las últimas cifras, difundidas hoy por el Ministerio de Urbanismo, 20.000 edificios, que suman 71.000 viviendas u oficinas, se han derrumbado en las once provincias afectadas.
En total, de 830.000 edificios investigados hasta ahora en la región, 105.000 o bien están derrumbados o tan gravemente dañados que deben demolerse cuanto antes, señala un comunicado del Ministerio.
Tres cuartas partes del total de edificios inspeccionados no han sufrido desperfectos (407.000) o solo tienen daños leves (205.000), por lo que pueden volver a habitarse de inmediato, según subrayó el vicepresidente turco, Fuat Oktay.
Las autoridades han insistido, no obstante, que no se debe entrar en ninguna casa cuya solidez no haya sido previamente certificada por expertos.