En este abordaje, vamos a ahondar un tema que, de por seguro se sentirán muy identificados/as, y que en reiteradas ocasiones, hemos escuchado «quejas» acerca de los que consideramos en general: «amigos»; al decir esta palabra, en este caso en particular, podemos incluir a: la pareja, y a los simples amigos y a los amigos «de las canciones de moda» que ya todos sabemos a quienes nos referimos.
Cuantas veces, nos ha tocado esa situación de lidiar con aquel/lla amigo/a, que desde el primer contacto y desde el inicio de una conversación, empieza a hablarte de todos sus problemas (con detalles), por horas, es más, sus audios pueden durar más de 5 minutos, y/o sus escritos en los medios virtuales con extensos mensajes, de lamentación, descargando toda esa energía negativa, comentando acerca de sus frustraciones sentimentales u otro problema, esperando ser escuchado/a o algún consejo u opinión que sea conforme a lo que desea escuchar. Y suelen ser conductas repetitivas que nos absorbe energía, que desgata y nos satura emocionalmente.
En tal contexto, es bueno darse cuenta e identificar a este tipo de amistades, entender que la amistad no es «un basurero emocional».
El significado de la «amistad», de compañerismo, se refiere a una relación recíproca de afecto, de afinidades, de relaciones saludables, donde compartir momentos, de mantener una relación «saludable», que nos motive a ser mejores personas. Se pueden compartir momentos difíciles, por supuesto, así como los logros, sentirnos apoyados/as, acompañados/as, de cierta manera, lo que no podemos permitir que ningún amigo/a sea un psicólogo para nosotros/as, que descargue todo el tiempo, sus dramas y conflictos existenciales.
Aprendamos a diferenciar a esas amistades que tienen estas conductas, que aparte de, ser egoístas, solamente nos buscan cuando sienten la necesidad de desahogarse, tirar toda la «basura», que no logran controlar y luego, cuando se sienten mejor «desaparecen».
La vida es demasiado corta, para mantener cerca a ese tipo de personas que son realmente «tóxicas», que no nos aportan a nada positivo, que les dificulta resolver sus conflictos internos, y que actúan con tanta hipocresía, con tal de lograr su fin (chupa energía).
Hoy en día, existen terapistas altamente capacitados, recomiéndale uno, y que pague por ello.