Los niños volvieron a las clases presenciales y muchos han retornado a las oficinas luego de la pandemia cuyos efectos han sido demoledores en la normalidad educativa y laboral.
Lo conocido y escuchado en demasía hoy día cómo el “home office”, trabajo a distancia o teletrabajo cómo es utilizado en algunos países como en Francia donde ya se encuentra en su periodo final por la confianza y seguridad que va generando la inmunización colectiva. Ahora así cómo la apertura de puertas al encuentro social en varios campos cómo el académico, es hora ya según el reloj francés de ir cortando el seguir aislados por el riesgo de contaminación.
Desde mañana en ese país europeo el empleo en su sistema y funcionamiento regular vuelve a trabajar. Buscando la paz y calma con grandes fuertes y exigentes sindicatos cuyos miembros estuvieron regulados por el estado con su expresión de «número mínimo de días» para volver a trabajar y abandonar finalmente tiene su fin en el verano francés.
Nuevos retos
Ante la cuarta ola de contagios de COVID, París restringe el acceso a quienes aún se resisten a vacunarse. A pesar de las protestas de renuentes, la mayoría de los franceses está a favor del pasaporte sanitario.
Un pase o pasaporte que todo ciudadano francés debe tener no solo para volver a sus oficinas sino para acceder a cualquier lugar cerrado que tenga un elevado riesgo de contagio por su condición edilicia y el concentrar a varias personas en un lugar reducido.
Pronto se exigirá el llamado «pasaporte sanitario» en trenes, vuelos nacionales y autobuses de larga distancia, así como en los restaurantes y cafés. El pase consiste en un código QR en un teléfono inteligente o en papel, y muestra que las personas ya han recibido las dos dosis de una vacuna anti-coronavirus. Lo que generó protestas por gente que considera dicho pasaporte cómo un sistema autoritario de regulación y por esto se dieron manifestaciones.
Las protestas reunieron a 175.503 personas en Francia, según el ministerio del Interior, frente a los 214.845 manifestantes la semana anterior, en la que ya se registró un descenso de los participantes.
La libertad frente a la realidad
En medio de esta realidad se encuentra el francés que ahora vuelve a trabajar en un continente que aunque tenga dosis disponibles tiene a su vez un importante número de personas en contra de la vacunación que a su vez hace difícil el renunciar al teletrabajo que también aquí ya somos conscientes de su buena presencia cómo nuevo modelo de empleo. Que existe con sus ventajas que son:
Flexibilidad de horario…
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Responsabilidad individual…
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Menos tiempo de desplazamiento.
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Incrementa la calidad de vida.
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Aprovechamiento de la tecnología.
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Distracciones.
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Tendencia a trabajar más horas.
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No hay ambiente laboral.
Que a su vez cuenta con su lado negativo que son: la saturación de trabajo, falta de capacitación en cuestiones tecnológicas y abuso de reuniones a través de múltiples plataformas de video, pueden ser algunas de los aspectos negativos del home office y que deben ser considerados por las empresas para evitar problemas en sus procesos operativos.
Se vienen los tiempos de evaluación de qué sistema funciona mejor y porqué. Pasa en Francia y también entre nosotros.