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Tango sin fronteras

Corría los años  finales del 1800 cuando en Sudamérica y específicamente en a orillas del Río de la Plata, en las ciudades portuarias de Buenos Aires, Argentina y Montevideo, Uruguay, nace la música, danza y cultura de un estilo musical que llega hasta al cine llamado tango. Este tiempo quizá no era percibido el efecto que tendría siglos después, cuando aquellos relatos de Discépolo, D’arienzo y Gardel estarían moviendo el cuerpo de los argentinos y hasta el mundo.

Ahora surge una información que dice que los japoneses, se muestran apasionados por el tango el mismo ritmo  que  habla en primera persona y en  otras se lo describe o define. Las características más difundidas sobre el tango son la tristeza, el dolor, una agonía; a veces es llanto y quejas, otras sensualidad y sentimientos, o compañero y amigo, y muchas veces también perdición: se le reprochan infinidades de cosas.

Composiciones habitualmente acompañadas por el  piano, contrabajo, una línea de bandoneones, una línea de violines y, en algunos casos, la viola o  violonchelo.

De esto a lo más reciente que son denominados tango electrónico y electrónica jazzística, que reemplaza no en su totalidad el uso de instrumentos clásicos pero los fusiona con sonidos de electrónica y uso de sintetizadores o herramientas usadas en la creación del dance o música electrónica. Esto marca el peldaño a la evolución que identifica a este estilo que está a 18.000 km de Japón donde se baila, escucha y disfruta 

Más allá de las fronteras naturales

De este arte que tiene en sus letras historias, reflexiones y palabras que en su exposición nos pueden enseñar mucho de la idiosincrasia porteña o rioplatense que se va dejando de lado por la incursión hasta “atrevida” cómo lo llaman algunos críticos a la cumbia argentina u otros sonidos. La música, letras y composiciones del tango o tangere» que significa tocar en latín y es lo que se elige para titular a este no sólo arte sino hasta estilo de vida para algunas personas que como los asiduos lectores, escuchan su música con la misma atención puesta en la lectura.

Lo curioso de esto es que en Buenos Aires donde se realiza el mundial del tango se encuentran también japoneses bailando al ritmo del dos por cuatro.Se confirmó seis llegadas especialmente desde Tokio para demostrar y ganar la competencia que reconoce a las personas que pueden interpretar el tango con sus cuerpos.

Esto nos enseña la fuerza y proyección que puede tener la cultura en el espacio y tiempo si es cuidada y distribuida con respeto e intensidad equilibrados. Un verdadero fenómeno de verdad.

 

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