La tasa fluvial que quiere cobrar Argentina viola un acuerdo regional
La Cancillería nacional está planteando que Argentina suspenda la puesta en vigencia de un peaje para embarcaciones que transiten por el tramo del rio Paraná comprendido entre Confluencia y el rio de la Plata. La aplicación de esta tasa es abiertamente violatoria Acuerdo de Santa Cruz de la Sierra, según el cual Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay se comprometieron a desarrollar la arteria fluvial y crear las condiciones necesarias para lograr la más amplia libertad de tránsito, transporte de personas y bienes y la libre navegación de día y de noche, los 365 días del año.
En el mismo documento se determinó que no podrá establecerse ningún impuesto, gravamen, tributo o derecho sobre el transporte, las embarcaciones o sus cargamentos. Pero ahora, unilateral e inconsultamente, Argentina pretende cobrar una tarifa de 1,47 dólares por tonelada de registro neto a embarcaciones que transiten a partir de Confluencia. Para tener una idea de lo que esto significa en plata contante y sonante, algunos de los trenes de barcazas de bandera paraguaya pueden transportar hasta 40.000 toneladas de carga. Pero considerando un promedio de 20.000, la gabela que quiere imponer Argentina significa agregar un sobrecosto de casi US$ 30.000 por cada formación. Según un análisis encargado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), anualmente transitan por la Hidrovía Paraguay-Paraná unas 30 millones de toneladas de carga, de manera que Argentina embolsaría, solo con esa tasa, US$ 45 millones, que los armadores fluviales trasladarán a los importadores y estos, naturalmente, al consumidor.
El mantenimiento para la navegabilidad de los ríos de curso sucesivo tiene regulaciones y metodologías muy precisas. Es aceptable que los costos del acondicionamiento de los canales logísticos sea compartido por los usuarios pues de ello depende la fluidez del abastecimiento de bienes de consumo y de insumos destinados a la producción y la industria. Pero cualquier decisión que se tome al respecto tiene que contar con el acuerdo de todas las partes que integran el todo, en este caso, los países que integran la Hidrovía Paraguay-Paraná, además de embarcaciones de otras banderas. Algo que suena lógico pero no para los argentinos que acostumbran con demasiada frecuencia borrar con el codo lo que firmaron con la mano.
¿Suspender la tasa? No, eliminarla.
