En tiempos electorales comienzan las acusaciones, entre ellas la de Abdo, que afirma que el Secretario de Lavado de Dinero es empleado de Cartes en la actualidad. Eso no debe ser una cosa sorprendente para nadie, acontece con el expresidente del Banco Central, que ahora es Director del Banco de Cartes, o el candidato a Presidente, Exministro de Hacienda, y exmiembro consejero del Banco Central, Santiago Peña, que también recibe mensualmente un dinero por el trabajo que supuestamente realizan en las dependencias de Cartes.
Esta historia de la puertas giratorias, de trabajar un tiempo para el Estado, tener toda la información y los contactos; y luego ser contratado por actores privados que tienen que ser controlados por esas instituciones públicas le hace mucho daño a la democracia y a la sociedad paraguaya en su conjunto; y también lo más importante es que debilita al Estado en su rol central de árbitro de circunstancias de este tipo. Como alguien que estuvo con una importante responsabilidad en un cargo, posteriormente termina creando empresas en donde haya visto la posibilidad de enriquecerse debido a la falta de capacidad del Estado en esa actividad.
Eso aconteció con el expresidente de la Industria Nacional del Cemento, quien ahora es el titular de la empresa cementera que está construyendo Cartes, que de 23 empresas pasó a 63 durante cinco años como Presidente de la República.
El negocio de la Cosa Pública es realmente asombroso en términos de cantidades y de oportunidades, y mientras no tengamos normas que se cumplan, que aquel que estuvo trabajando en una oficina pública durante un tiempo no puede desempeñar tareas del sector privado afín a esa actividad, estas cosas no van a cambiar.
