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Siete mitos o verdades sobre las encuestas

  1. Nadie les cree. Todos dicen no creer en los resultados de las encuestas, pero muchos las aluden, sobre todo si les son favorables. Es un eterno tema de conversación y discusión en los cafés y en los partidos. En los medios y las redes sociales. En todas las mesas. La credibilidad de las encuestas, es inversamente proporcional a la ausencia de otros instrumentos para medir la opinión pública. No se les cree, pero se termina creyéndoles. Parafraseando al dicho popular, cada quien habla como le va en la encuesta.

 

  1. Se hacen al gusto del cliente. Quien las paga, manda. La mayoría de las encuestas se realizan a pedido. El encuestador debe saber por qué y para qué se la piden. Si se necesitan para eliminar a un contendiente interno, por vanidad propia, o simplemente para conocer cierta realidad partidista. El encuestador debe saber medir al cliente. Ver el tamaño de su ego, o si es para medir realmente su popularidad, o para conocer la escasa influencia de sus oponentes con la gente.  También hay clientes que utilizan las encuestas para tomar decisiones importantes. Entonces exigen que sean objetivas.

 

  1. Siguen siendo un pulso de opinión. Hay encuestas que aciertan. Que se hacen de manera profesional y seria. Casas encuestadoras que se levantan de sus fracasos y evolucionan. Encuestadoras que logran tomarle el pulso a la opinión y son muy útiles. De todo hay en la viña del señor, dice la sentencia bíblica. Pues aplica también para el mundo de las encuestas.

 

  1. Son fotografías del momento. Es una de las frases favoritas de los analistas políticos. No creo que haya alguien que se dedique al comentario político que no la haya dicho en una entrevista o en una mesa de análisis. Decir que una encuesta es una fotografía del momento, saca mucho de apuros. A partir de ahí, el comentarista, como Poncio Pilatos, se lava las manos.

 

  1. La gente esconde su intención. La gente no siempre está de humor para decir la verdad. Las encuestadoras han agotado a los encuestados. Los acosan. Hay cualquier cantidad de encuestas telefónicas o a través de las redes. Las encuestas casa por casa, están en peligro de extinción. La gente evade como puede las preguntas de los encuestadores. O simplemente se divierte contestándole lo que sea. O simplemente mintiéndoles.

 

  1. Algunas no se realizan. ¿Cómo saber que una encuesta no se hace desde un escritorio? ¿Cómo comprobar que una encuesta se hizo con el rigor indispensable de una investigación cuantitativa? No todas las encuestas que se publican, se realizaron en realidad. Hay de encuestadores a encuestadores. Crea fama y échate a dormir. También en el mundo de las encuestadoras se genera un prestigio. Un prestigio que se pone a prueba en cada elección.

 

  1. Son instrumentos de propaganda. Las encuestas siempre serán instrumentos de propaganda. Quien manipula los números y los resultados, sabe del valor estratégico de las encuestas. Las encuestas generan opinión pública. Generan percepciones que terminan siendo realidades. Generan resultados políticos.  Finalmente, son propaganda. Y la propaganda ayuda mucho a sostener al poder.

 

 

Culiacán, Sinaloa, miércoles 06 de septiembre de 2023.  Twitter @guadalupe2003

 

Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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