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Siete consejos al político para leer a Maquiavelo

  1. Léalo, no solo lo cite. Como todo clásico, Maquiavelo es mucho más citado que leído. Sus frases recorren los interminables caminos del internet. Y los cafés. En política, es casi una obligación aludirlo de manera grandilocuente. Es un desahogo obligado. Parte de la solemnidad política. Los políticos hablan de él todo el tiempo, pero ¿Cuántos políticos han leído realmente a Maquiavelo?
  2. Sepa realmente quién fue. No se quede con la falsa imagen de Maquiavelo. Esa que nos hace creer que fue un ser siniestro. Nada más alejado de la realidad. Maquiavelo fue un gran diplomático e historiador.  Un profundo conocedor de la historia. Un filósofo. Un gran lector de los clásicos y de la vida. Entendió los relieves de plenitud y decadencia que inevitablemente experimentan todos los Estados.  Fue un servidor público honesto y valiente. Un hombre de Estado. Murió en la pobreza.
  3. Sepa lo que él escribió. Maquiavelo no pudo ver en vida publicados dos de sus más importantes obras como fueron “El Príncipe” y “Los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio”. Ésta última, una obra de grandes dimensiones. A Maquiavelo no se le puede juzgar sólo por El Príncipe. Fue uno de los grandes teóricos de la república.
  4. No olvide la época en que vivió. No quiera juzgar a Maquiavelo como si viviera hoy entre nosotros. Nació en Florencia en 1469 y murió ahí mismo en 1527. En ese tiempo sólo se accedía al poder de manera hereditaria o por las armas. Había siempre una gran inestabilidad política. Le tocó vivir el esplendor y la decadencia de Florencia. Sus obras responden a esa realidad.
  5. Maquiavelo nunca dijo “El fin justifica los medios”. Si usted es un político que cita con frecuencia esta frase y se la atribuye a Maquiavelo, no lo haga más, porque nunca la dijo. Mejor lea sus libros. No se arrepentirá.
  6. Lea “La Sonrisa de Maquiavelo», de Maurizio Viroli. (Por lo menos). Este es uno de sus grandes biógrafos. Con este libro se acercará al Maquiavelo real, no el que han tergiversado quienes no le han leído. Viroli, quien ha estudiado a Maquiavelo por más de veinte años, nos muestra en esta obra, su grandeza y trascendencia.
  7. Sea Maquiavélico, pero de a deveras. El ejercicio del poder requiere de Fortuna y Virtud. De intuición e inteligencia. Escuche a pocos, pero de calidad. Luego decida. Consulte a la historia. Siempre pregúntese qué hicieron otros en condiciones similares a las suyas, en otras épocas.  La condición humana, siempre ha sido la misma. Sea justo, más que bueno. No sea cruel nunca. Es la mejor manera de ser Maquiavélico.

 

 

Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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