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Si nos organizamos…comunicamos todos

A pesar de la hiperconectividad, de los avances que permiten generar una video llamada grupal en pocos segundos, nos seguimos topando con el inconveniente de no lograr cerrar filas discursivas entorno a determinadas circunstancias y temas específicos.

Esa agenda que algunos estigmatizan como si se tratara de una conspiración de las elites contra “el pueblo”, en realidad no es más que una herramienta que puede permitir que las consignas se entiendan y que la ciudadanía se involucre más en cuestiones que definen las políticas de un país.

Si esta fuera una batalla entre dos sectores, los mensajes son la artillería del relato, y no se trata de disparar a cualquier lado, se debe considerar reconocer los puntos desde donde se puede realizar contraste logrando una grieta bien definida, una polarización que simplifique el conflicto. Y esto ya se está dando en varios temas vinculados con seguridad, educación, salud y políticas públicas de desarrollo sostenible. Pero es sobre todo en el ámbito de la seguridad donde los acontecimientos de los últimos meses permiten generar un foco de discusión que capture la atención de la ciudadanía de forma concreta, y es aquí donde los voceros de ambos grupos aún no están del todo afilados.

Llegamos a un punto en el que incluso vemos referentes que ni siquiera logran identificar los espacios de discusión. Entienden los argumentos de unos y otros, pero no terminan de encontrar una lógica que permita refutar la falacia con la que se busca dibujar la realidad. Y esto no solo se trata de una cuestión de manejo de información, ya que los datos están y son accesibles a todos, todo el tiempo, pero la dificultad se genera cuando no existe la práctica del discurso y la construcción lógica.

Se necesita un/una o unos directores de orquesta que tengan la suficiente habilidad para reconocer las cualidades que se pueden explotar en algunos de estos voceros y dirigir con estrofas contundentes los mensajes que logren la reacción y la polarización social. Se necesita motivar la hinchada.

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