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Shibari: Atá tu cuerpo y desatá placeres

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Fuerte, duro y un poco más apretado, ¿te interesa? Estos ingredientes son los principales protagonistas del estilo Shibari, una técnica japonesa erótica que combina la estética de las ataduras y el sometimiento de la pareja durante las relaciones sexuales.

Esta práctica utiliza nudos muy trabajados para no solo inmovilizar a la pareja sometida, sino también para generar un placer artístico por los patrones creados con las cuerdas.

Así, jugando hasta con el último detalle erótico de la pareja y estimulando sin cesar diferentes zonas, el Shibari desprende satisfacciones electrificantes, cuestionando los límites que dos personas son capaces de cruzar para incentivar un clímax sin igual.

LA TÉCNICA DEL SHIBARI
“Lo describiría como un lazo emocional y energético porque una persona puede transmitir diferentes sensaciones a través de la fuerza”, expresó Joel Martínez, maestro atador e instructor de Shibari.

De acuerdo a Joel, con el Shibari se experimenta una sensación de libertad, incluso estando atado/a. Se trata de una mezcla de emociones, en la que poseer un gran nivel de conexión y confianza en la pareja juega un rol clave, pues le das la posibilidad a la otra persona de adueñarse de tu cuerpo.

“Juegan dos personajes: el atador, quien se encargará de inmovilizar a la pareja, y la modelo, quien será la persona sometida”, explicó el especialista.

El experto agregó que todo el cuerpo es una zona a ser descubierta para explorar las diferentes sensaciones con el Shibari. Lo pectorales, la entrepierna, la espalda, sin mencionar las extremidades son solo algunas de las partes que más se utilizan para llevar a cabo la técnica.

Igualmente, la forma en que se realizan los nudos también resulta importante, ya que al ser una técnica enfocada al placer estético, crear un sinfín de patrones a lo largo del cuerpo con las cuerdas genera cierta satisfacción para ambas partes.

POSICIONES EN EL SHIBARI
Joel destacó que el Shibari facilita ciertas exploraciones corporales, centrándose en el placer de la persona, al estar completamente expuesta y a merced de lo que haga el atador.

“Tiene un objetivo más corporal, pero fácilmente se puede aprovechar para experimentar orales más placenteros o penetraciones más profundas, ya que al estar la persona completamente inmovilizada solo se centra en sentir y gozar de las sensaciones”, destacó

El especialista citó algunas de las posiciones clásicas para practicar el Shibari: la suspensión es lo más desarrollado, en donde la persona solo puede estar atada durante 5 minutos para evitar complicaciones; por otra parte, está la inmovilización en el suelo.

Para la suspensión, se ata a la pareja desde el torso, la entrepierna o ambas partes, siempre depende de la predilección de ambas personas. De cualquier forma, el personaje principal del Shibari es redescubrir una serie de sensaciones placenteras en la pareja.

“Estimular, insinuarse levemente para que la persona sienta al máximo la energía recorriendo por su piel; dar ligeras nalgadas, susurrar al oído, la idea es despertar todos los sentidos del cuerpo y que tu pareja esté sumida en el placer máximo”, concluyó Joel.

Para explosionar la satisfacción en tu vida y sucumbir ante las expansivas ondas del clímax, un nudo bien trabajado que te someta o inmovilice a tu pareja podría ser el elemento perfecto que detone un placer infinito para ambos.

RECOMENDACIONES PARA EL SHIBARI
(según Joel)
– Primeramente, estar al tanto de los límites es fundamental, antes de comenzar con el Shibari. No se puede atar el cuello ni las articulaciones principales.

– Los nudos deben estar preferentemente flojos, pero si existe una extralimitación, es necesario tener unas tijeras a mano en caso de emergencia.

– Una vez que las precauciones se tengan en cuenta, es cuestión de disfrutar. Jugar un poco los sentidos del cuerpo con caricias, plumas o suspiros potenciarán el deseo de la modelo.

– Vendarse los ojos eleva las sensaciones, haciendo que la modelo se enfoque aún más en el placer provocado por el atador.