Emprender cualquier proyecto laboral implica aceptar la realidad de que existirán distintos tipos de dramas en especial con el personal humano y no solo con los recursos técnicos o financieros.
El ser humano que con su “inteligencia real” supone una diferencia importante con lo que pueden aportar a cualquier tarea habitual en el empleo pero también presenta dramas cómo enfermedades, disgusto por tareas asignadas o distintas complicaciones que perjudican su trabajo y finalidad de cualquier compañía.
En Francia, un informe presentado por la delegación para los derechos de la mujer en el Senado señala la falta de consideración por parte de los poderes públicos de los problemas a los que están expuestas las mujeres en su actividad profesional.
La mujer es un género importante no solo en la familia, política o cualquier grupo que proyecte ideas para la sociedad que tiene a muchas que forman parte ella y que no tienen plataforma sólida en sus existencias sin ellas a su lado.
Son nuestras madres, abuelas, hermanas, tías, jefas y compañeras de estudio o trabajo. Un espacio que sólo tiene sentido de existir si sus integrantes se conocen, respetan, valoran y congenian el empleo de sus talentos y virtudes para sacar adelante cualquier misión que ayude al interés final del empleo que se hace menos existente por inestabilidades económicas y algunas veces hasta humanas que deben ser atendidas y cuidadas para sostener buenos resultados presentados por hombres y mujeres que trabajando juntos bien pueden hacer y llegar a buenos resultados para todo siempre están expuestas a riesgos invisibles y silenciosos.
Complicaciones laborales
En Francia el número de accidentes de trabajo se ha disparado entre estos últimos casos citados más arriba desde hace veinte años. En un mercado laboral que se ha vuelto en gran parte basado en los servicios, las mujeres son ahora las primeras víctimas de los trastornos musculoesqueléticos y tienen tres veces más probabilidades que los hombres de reportar trastornos mentales relacionados con el trabajo. Es lo referente a riesgos invisibles y silenciosos. Que son identificables en la actitud de la persona al comunicarle una tarea en particular para hacer o revisar si fue desarrollada por el/la empleado/a. Que ya ha llegado a ocupar ese trabajo de un filtro preestablecido por su trabajo, que le otorga confianza y seguridad para continuar en en la ocupación elegida o designada donde se encuentra con la misión de cumplir con lo asignado y no construir ni desarrollar problemas que pueden arruinar buenos programas que pueden beneficiar al jefe principal de cualquier empleo que es el cliente. Este , a veces con un comentario o llamada de atención a las autoridades puede afectar la estadía del empleado en su trabajo.
Lo que demanda mucha atención en lo que hagamos y cómo nos portemos no solo con los gerentes, administradores o dueños del negocio sino entre los que formamos parte del proyecto que somos los primeros y últimos responsables que sean buenos o malos lo ofrecido por una industria que tiene y tendrá entre sus miembros a mujeres y hombres que transitan los pasillos y espacios de la empresa con dramas ocultos en su interior que deben ser drenados entre los miembros del equipo, sus familias o profesionales cómo psicólogos que se preparan para escuchar y responder con ideas y actitudes para hacer más viable el tránsito de nuestras vidas en grupos humanos que necesiten estabilidad y solidez mental y emocional para lograr alcanzar en equipo lo planteado .
Esto vale para cualquier negocio, proyecto o idea que evite que se presenten hechos cómo los de Francia, que pueden servir o no para avanzar entre todos siempre rumbo al título o meta que tengamos cómo grupo deportivo, financiero, académico o lo que signifique trabajar entre todos por un fin común.