Los paisajes del norte de Argentina son de esos que te dejan con la boca abierta. Cumbres, valles fértiles, cañones y quebradas, salinas y áreas de selva subtropical, deslumbran a los visitantes.
Salta y Jujuy se encuentran a los pies de la cordillera de los Andes, en un altiplano de belleza desolada y árida que se eleva entre los 3.000 y 4.000 metros de altura. Son dos ciudades pintorescas que combinan el latido indígena con la huella de la civilización inca y se conserva casi intacto el legado colonial español.
Victor García, propietario de la agencia SolTour_Viajes, comentó que es una experiencia que el mercado paraguayo, nuestra gente, no está acostumbrada a visualizar e invitó a no perdérsela.
En la frontera entre las provincias de Salta y Jujuy se extiende un espectacular desierto de sal de atmósfera onírica a 3.400 metros de altitud. “Se trata de paisajes increíbles, cuando visitamos las grandes salinas, lo hacemos por un camino en forma de caracol y los colores de las montañas son una locura”, señaló.
Al norte de Jujuy se encuentra un cañón seco de laderas erosionadas, sus estratos sedimentarios revelan un espectro de colores ondulantes. La paleta de este valle, catalogado como Patrimonio de la Humanidad, cambia constantemente, desde tonos de blanco cremoso hasta profundos rojos.
También se puede hacer una visita a Purmamarca, un pueblo de postal a los pies del Cerro de los Siete Colores, espectacular formación geológica. García destacó que en el recorrido las personas bajan del bus y quitan fotos panorámicas hermosas, y se pueden observar diversidad de animales como llamas, vicuñas, que en el Paraguay no se suelen ver.
En el tour hacen un recorrido por Cafayate, al sur de Salta, el cual es más llano, no hay tanta altura como en Jujuy. Cafayate es muy reconocido por sus vinos, según García, los viajeros pueden conocer la historia de cada una de esas bodegas familiares, así como el proceso de producción y hacer las degustaciones.
Algunas de las paradas más reconocidas antes de llegar a Cafayate son las de la Garganta del Diablo, el Anfiteatro, el mirador de las 3 Cruces o la Quebrada de las Conchas.
“El Anfiteatro está conformado por montañas y tiene una de las acústicas más perfectas. En enero de este año viajamos con un grupo de músicos paraguayos que interpretaron varias canciones en el lugar y fue un momento único”, señaló. El recorrido continúa hacia el monumento de piedra conocido como Titanic. Ahí se puede observar la figura del famoso barco.
Por su parte, Salta tiene una increíble vida cultural en la noche. El Museo Antropológico de Salta alberga una curiosa sección dedicada al chamanismo, mientras que el Museo de Arqueología de Alta Montaña, exhibe las momias y ajuares de los “Niños del Llullaillaco”.
“No se puede dejar de mencionar su exquisita gastronomía donde se destacan empanadas salteñas, realmente deliciosas, además es muy económico el lugar. También pueden disfrutar de la música folclórica argentina”, mencionó García.
También podés subir en Teleférico al cerro San Bernardo y disfrutar de un momento único. “A pesar del poco tiempo del recorrido, donde proponemos 6 días, tratamos de optimizar al máximo. Contratamos a un guía local y el alojamiento es un hotel frente a la Plaza 9 de Julio, a media cuadra de la Catedral de Salta”, precisó.
Recomendó ir en septiembre porque ya en julio hace mucho frío y el costo del viaje es aproximadamente G. 1690.000. “Uno de los puntos fundamentales es el cumplimiento estricto de las normas de bioseguridad, que son sencillas, pero muchos no respetan y nos encontramos después con una situación como la que atraviesa el país. Hago un llamado a que nos cuidemos, así podemos ir al viaje, disfrutar al máximo y regresar tranquilos”.
Finalmente, dijo que hay que animarse a conocer lugares nuevos, extraordinarios como estas dos provincias, ya que las personas siempre desean volver luego de haber estado por primera vez al norte de Argentina.