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Rutina de campaña

Me gusta pensar que la consultoría y el desarrollo de una campaña es como posarse sobre el tatami, el recinto o ingresar al gimnasio. ¿Es posible levantar 100 kilos en banco plano de un día para otro? ¿Puedo enfrentar un sparring sin protección con alguien que tenga mayor entrenamiento que yo?. En todos los casos la respuesta es negativa y quien intente ir contra la naturaleza además de encontrarse con un rotundo fracaso está poniendo en riesgo su salud.

Si bien generalmente para una campaña hablamos de necesitar un año de posicionamiento, sobre todo cuando el espectro de votantes es grande. No es lo mismo un club social que una campaña a la Senaduría o una elección de Intendente de una capital. Pero existen otras elecciones como las que se están dando en este momento para ministro del TSJE.

Esta en principio no es una elección popular, además el sistema hace que el voto dependa de los integrantes del Consejo de la Magistratura, el Congreso y la aprobación final del Ejecutivo. Pero si uno de los candidatos logra colocar un tema que genere discusión fuera del ámbito de decisión directa va a concentrar un foco de apoyo externo que le genera alta visibilidad y que pueda tal vez generar una presión para la decisión final.

Toda campaña debe evitar relacionarse de manera superficial con los temas que la conforman (las grietas) y con las herramientas que debe utilizar durante todo el proceso. Una lectura apropiada del escenario, un ranking de los adversarios, un seguimiento inteligente e informatizado, y por sobre todo un reconocimiento que permita administrar realidades dejando de lado el peligro de los deseos.

Una campaña, igual que prepararse para subir al ring requiere de una planificación y una rutina. La improvisación solo es aceptable si de manera fortuita el escenario tiene un cambio drástico o impensable.

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