La explosión de sensaciones en medio de encuentros sexuales muchas veces va acompañada de intensos gemidos o ruidos generados durante el coito. No obstante, ¿hasta qué punto gemir descontroladamente se asocia con el disfrute pleno o la llegada inminente de un orgasmo? ¿Qué hay de los silencios?
“Contener los gemidos hace que el sexo sea más sensual”, había dicho la famosa actriz Cara Delevingne; de este modo se introduce un novedoso tema de conversación: el silencio puede permitir que la sexualidad entre dos personas sea mucho más intensa y el alcance del clímax se disfrute de manera efusiva.
En el medio Vice se hizo un análisis de un estudio realizado en 2011 que encuestó a mujeres heterosexuales entre 18 y 46 años, determinando que el 66% de ellas gime para acelerar el clímax de su pareja y el 87% lo hace para alimentar la autoestima masculina.
De este modo, más allá del placer real que acompaña el gemido, muchas veces esos ruidos descontrolados son emitidos pensando en la excitación de la pareja, antes que en el verdadero placer que se está sintiendo.
Sobre el punto, Pallavi Barnwal, coach sexual de Nueva Delhi, India, había compartido con Vice que el sexo silencioso tiene sus ventajas. En algunos casos, por ejemplo, podría actuar como un catalizador para explorar nuevas zonas del cuerpo de la pareja, así como nuevas sensaciones.
«Estás más presente en el momento cuando cierras los ojos y sientes el recorrido silencioso que hacen los dedos de tu pareja sobre tu cuerpo. A veces el cuerpo puede tratarse simplemente de una exploración mutua», puntualizó la experta.
Así, experimentando con un poco más de contacto antes que la necesidad imperante de emitir sonidos, la pareja puede llegar a sumergirse más en el cuerpo del otro, tomándose el tiempo para disfrutar silenciosa y minuciosamente de cada detalle en medio del encuentro sexual.
Varias zonas erógenas que a veces pueden quedar en el olvido durante el sexo ruidoso, alocado y rápido, son exploradas a profundidad, pues el silencio permite una liberación diferenciada para entender y sentir por completo el cuerpo del otro.
SILENCIO Y PLACER
Un estudio publicado por la revista Sage Journals, que recopila investigaciones a nivel mundial, había informado que mujeres y hombres acostumbrados a gemir sienten mayor satisfacción sexual.
Igualmente, el medio español El Mundo, había publicado un material que habló de la estrecha relación entre los gemidos y la intensidad del placer sentido, siempre que los mismos no sean fingidos.
En ese sentido, nuevamente hablamos de priorizar la satisfacción de la otra persona, esperando que se aproxime prontamente al orgasmo, antes que equilibrar el placer de ambos logrando así un orgasmo compartido.
Al respecto, la educadora sexual Karishma Swarup expresó que, si bien emitir sonidos puede considerarse como el resultado de años de condicionamiento cultural a través de la pornografía o la cultura popular, es injusto decir que hay un tipo particular de sexo considerado como mejor.
Por ello, los gemidos o ruidos intensos no deberían relacionarse de manera directa con el goce pleno, así como tampoco es correcto asumir que tu pareja puede disfrutar en silencio al igual que vos.
Contener el gemido o silenciar brevemente algunos ruidos en medio del encuentro sexual en realidad contribuye a un placer corporal, antes que el enfoque único en la vocalización de la pareja, creyendo erróneamente que cuanto más gime, más disfruta. «Todos tenemos una experiencia distinta del sexo», dijo Swarup. De este modo, muchos pueden llegar a disfrutar de los gemidos en medio de los encuentros sexuales, así como otros prefieren más el silencio en medio del coito.
La sexóloga reiteró que, en última instancia, todo se reduce a la cuestión de con quién estás o no gimiendo. En una relación sana, expresar lo que sentís es una excelente manera de brindar retroalimentación.
“En el caso contrario, como en las relaciones abusivas donde el deseo es unilateral, las cosas pueden escalar del sexo silencioso al abuso silencioso», finalizó.