El Gobierno ha dado un paso atrás en la intención de seguir agradando a los trescientos cincuenta mil empleados públicos y a los que también entienden que en la medida que más descansan, más productivo se vuelven; y ha decidido no mover el feriado del 15 de mayo del domingo al lunes.
Para muchos puede parecer una cosa antipática, para otros simplemente el retorno a la racionalidad.
El mover el feriado del 1 al 2 de mayo no ha significado para nada la reactivación económica que había puesto Abdo en el decreto para fundamentar el porqué lo hacía por primera vez en la historia de la República.
Ciertamente el Paraguay, en momentos como los actuales en que la inflación está superando el 10% la interanual, y no se presenta para nada halagüeño el año 2022, lo que necesitamos es concentrar esfuerzos y capacidades en lo que tenemos, y cómo podemos sacarle un mayor rendimiento a la productividad en su conjunto.
No necesariamente prolongando los periodos ociosos vamos a lograrlo, y menos todavía para la promoción del llamado “turismo interno”, que con precios elevadísimos de combustible se torna muy poco atractivo para la gente para movilizarse, sumado al hecho de la inflación que habíamos comentado.
El Paraguay necesita repensar por completo este año económico porque su impacto no solo se prolongará durante este periodo 2022, sino que también podría tener efectos hacia el futuro.
La comida está por los cielos y la energía no parece bajar en los estándares de alza que ha sido la tendencia desde hace varios meses. Es el tiempo de pensar seriamente en un país productivo en todos los campos.
