El tópico salud ha llegado a ocupar quizás un alto nivel de atención humana que por esto también hemos dedicado un tiempo para revisar nuestro inventario de remedios. Hemos notado que algunos están siendo usados en menor cantidad o frecuencia como es el antibiótico para el animal, los antimicrobianos ha disminuido un 45,4 %.
Estos se definen como medicamentos que destruyen los microorganismos o impiden su multiplicación o desarrollo.
Quizás no sean los animales los únicos que tienen remedios de sobra, sino también nosotros, que bien podemos reemplazar el uso de químicos por lo que ofrece la naturaleza, la que no tiene más medicamento que su propio ciclo de vida que muestra resistencia y capacidad para volver a nacer una vez destruida, algo que puede ser copiado por el ser humano si tuviésemos menos avaricia o codicia y más solidaridad y empatía entre nosotros y nuestro medioambiente.
Analizar montos y lugares
Los medicamentos se transforman y desplazan de un compartimento medioambiental a otro (aguas superficiales y subterráneas, suelo y aire). Los medicamentos altamente liposolubles pueden además acumularse en el tejido adiposo de los animales y pasar así a la cadena alimentaria. Lo que exige suma atención tanto de los productores cómo de los consumidores de los remedios que pueden construir y destruir medicamentos ya sea para el ser humano o animal.
El fármaco es una herramienta médica más que está hecha para asistir la vida humana y no ponerla en riesgo de dañarla. Habrán sin duda en las bodegas de la industria farmacéutica grandes cantidades de estas herramientas que siguen sin ser usadas ya sea por falta de estudio de mercado o poca o nula buena administración de las mismas en su distribución.
Lo que nos debe preocupar y exigir que la industria sea más honesta con el consumidor y abra las puertas de sus bodegas para que conozcamos cuánto y qué falta consumir para así lograr por un lado ubicar sus fármacos y satisfacer al necesitado con lo que le falta.