Con Semana Santa a la vuelta de la esquina, nuevas medidas restrictivas fueron anunciadas en el Palacio de Gobierno con el objetivo de evitar la propagación del Covid-19 y dar un respiro al sistema de salud colapsado. Estas disposiciones entrarán en vigencia desde el sábado 27 de marzo hasta el 4 de abril.
En contrapartida a días pasados donde se desató una furia por intentar restringir actividades nocturnas y desplazamientos, esta vez se percibe a la ciudadanía con una actitud más colaborativa a raíz del ambiente de tensión y temor que se siente por tener el 100% de los hospitales a tope. Creo que es importante recalcar que acatar no es sinónimo de tregua o demostración de confianza al gobierno, sino que al final del día, la familia es lo más importante.
Mientras estemos en nuestras casas debemos aprovechar para reflexionar acerca de la desesperante lluvia de pedidos de ayuda que nos ahoga en las redes sociales: polladas, hamburgueseadas y donaciones que son la única vía para sostener a familias con parientes delicados. Para nosotros puede ser normal, pero invisible para nuestras autoridades que por su descaro y falta de gestión nos ubican en esta situación.
Tampoco debemos dejar pasar el paño frío al que siempre acuden cuando el termómetro se muestra elevado. Hace poco anunciaron que buscarían eliminar “el aumentazo” de sueldos en el Senado en plena pandemia, pero ayer, varios legisladores impidieron que eso pasara votando por la postergación de tratar el dictamen que eliminaría este aumento a funcionarios que suman G. 12 mil millones. El engaño y la manipulación a los ciudadanos continúa, la consigna siempre es tirar un poco de carnada hasta que se enfríe la situación y hacer lo que quieran cuando ya nadie esté mirando.
Por otro lado, la carpa instalada como refugio para los familiares de pacientes con Covid-19 en el Hospital de Clínicas que el día de ayer amaneció completamente vacía, porque lo parientes prefirieron no utilizarla. El mensaje fue claro: no quieren carpas, sino medicamentos. En estos días de encierro, también recordemos lo que es urgente: insumos.
Finalizando, el presidente sigue sin aparecer. Un tweet que no responde a lo que el pueblo exige no significa absolutamente nada. Mario Abdo sigue sin dar la cara, jugando a “mirá cómo hablo cuando yo quiero”.
Quedémonos en casa, pero no en silencio.