Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Hay muy escasas cuestiones en las que el Estado paraguayo es eficaz o es eficiente y muy extraña la oportunidad en que sirve realmente a sus mandantes. Esta larga, larga pandemia nos ha demostrado todavía lo lejos que está esa nación jurídicamente organizada, como se define al Estado, en el sentido de hacer bien la tarea, administrar los fondos que se le dan de los impuestos, contratar a sus empleados, comprar bienes y servicios o simplemente servir a la persona.
En todos estos momentos hemos visto, lo único comprobado es que el Estado puede funcionar muy bien con un tercio de las fuerzas vivas que tiene en su estructura administrativa, dos que no tienen ninguna intención la clase gobernante de cambiar este modelo corrupto que tenemos, y tercero, no existe una fijación clara de qué es lo que debe hacer el Estado para nuestro beneficio.
Cuando se trata de administrar nuestros recursos, nos hace falta definir la condición de mandante primero sobre la de los mandatarios y segundo, entender que el Estado no tiene dinero, sino que sólo administra nuestro dinero, el que pagamos con los impuestos y sobre los cuales queremos que nos rindan cuentas de manera eficaz cuando se trata de invertirlo en provecho nuestro.
Nos hace falta rediseñar el estado, redescubrir su esencia y fundamentalmente, hacernos parte de la mesa directiva y de la capacidad de transformarlo desde adentro.
