Se sancionará con penas de 10 años a aquel que invada una propiedad, eso es lo que decidió el Senado, pero lo que tenemos que hablar es sobre un debate profundo acerca de las tierras. De qué nivel de certeza tenemos acerca de la tierra que creemos que somos propietarios.
En este país, el catastro ha recibido millones de dólares para modernizarse, sin embargo, sigue siendo confuso, burocrático y corrupto.
Necesitamos organizarnos como sociedad. Es una vergüenza tener en catastro una cantidad de tierras que supera la dimensión geográfica real de nuestra República. También habría que ser bastante duros e implacables con aquellos que ocupan propiedades que no son las suyas, en este caso las seccionales coloradas; muchas de ellas ubicadas en parques, terrenos fiscales o municipales.
Así como se va a ser duro e implacable con aquel que invada una propiedad que no es suya, también se debería ser con todo aquel, sea institución o persona, que esté ocupando en el ámbito de decir que eso es suyo cuando en realidad es de propiedad colectiva.
Si vamos a hacer las cosas, aclaremos, y hagamos que esto sea realmente ordenado y que nadie más se crea con derecho a ocupar una propiedad que no es suya. Aquellos que recibieron tierras mal habidas -según denuncia de la Comisión Verdad y Justicia- también deberían devolver las mismas a sus legítimos propietarios, es decir, los ciudadanos paraguayos.
Vamos a organizarnos entre todos, de lo contrario, solo un sector será castigado y los demás, que merecen ser punidos, se estarán riendo.
