Este mes se celebran las elecciones en la Caja de Jubilados Bancarios de Paraguay y en las últimas horas se ha generado una controversia con respecto a la candidatura de su actual presidente, quien ya estaría intentando buscar un tercer mandato a pesar de lo que establecen los estatutos de esta organización, los cuales permiten solo hasta dos mandatos para la misma persona.
Hasta el 16 de octubre, el TEI tiene tiempo de estudiar las impugnaciones que se presenten, basándose en el artículo 18, que claramente especifica que el presidente y los demás miembros del consejo durarán cuatro años en el ejercicio de sus cargos y podrán ser reelegidos para el mismo cargo por un solo periodo más, ya sea consecutivo o alternado.
Dentro del plazo legal, deberán presentar sus respectivas declaraciones de bienes a la Contraloría General de la República, dejándose constancia en la Secretaría de la Caja.
Existen dudas sobre los integrantes del Tribunal Electoral Independiente, según las expresiones de algunos representantes de los movimientos que compiten por representar a Jubilados y Activos de la Caja Bancaria.
Esta organización agrupa a unos 15 mil afiliados, donde 3000 miembros representan al sector de jubilados, mientras que cerca de 800 son pensionados y más de 11 mil representan al sector activo. La pregunta que surge es si ¿Vale la pena poner en riesgo la institucionalidad de un organismo tan delicado? Los estatutos son muy claros.
Es importante que los gremios que representan a distintos sectores de la sociedad sean un ejemplo de participación ciudadana y respeto al Estado de Derecho.
No es «solo» la Caja Bancaria la que está en juego en estas elecciones; son todas las instituciones que agrupan a distintos sectores y que pueden generar un precedente negativo que se replique en otras instancias si las autoridades electorales no juzgan con criterio.