Uno de los deportes que más dinero y seguidores mueve en el mundo es el fútbol, una actividad física que para algunos resulta aburrida para estar frente a una pantalla o parado en un estadio observando a 22 jugadores/ras corriendo detrás de un balón por 90 minutos, y luego al terminar un partido estar siendo atosigado por los medios de comunicación o el mismo marketing mostrándonos rostros de futbolistas vendiendo desde alimentos, bebidas o utensilios de limpieza. Hace poco se dió una final muy importante para el futbolista seguidor de los torneos más exigentes en el estadio de Francia en la ciudad de Saint Denis con lo que fue la final de la liga de campeones entre el Real Madrid de España y Liverpool de Inglaterra.
Evento que así cómo tuvo su momento feliz para el campeón español también la colorida alegría existieron manchas oscuras por lo registrado hecho por fanáticos del Liverpool, denominados the reds (los rojos) por los daños causados en Saint Denis, un barrio centro cano del centro parisino.
Ahora más de 2.000 policías y gendarmes fueron movilizados para Francia-Dinamarca, en lo que será un encuentro en otra liga importante que es la liga de las naciones europeas UEFA en su fase de grupos.
Quizá sea ese aburrimiento de los 90 minutos de tener repetida la misma acción o acumulación de malas experiencias llevadas por la espalda de los fanáticos mezclado con estupefacientes u otras drogas que forman parte del cocktail consumido por estos grupos que no necesariamente son sinónimo de alegría, orden y paz. Sino todo lo contrario y no solo en Sudamérica sino hasta en Europa, continentes integrados por países con diferencia de edades y rigor en su establecimiento de patrones de seguridad en eventos sociales y el mismo trato social en sus distintos campos de desarrollo humano.
Bucear más a fondo
Un desafío es el choque entre franceses y daneses luego que Paris tuvo el privilegio de ser anfitrión de la final de la liga de campeones europeos, que sorprendió desafortunadamente con fraudes, destrucciones y devastaciones lo que para lo que se espera sea una fiesta feliz y calmada y finalmente no es así.
Por todo esto más de 2.000 policías y gendarmes, incluidos 650 especialistas en la lucha contra la delincuencia en los alrededores del Stade de France de Saint-Denis (Seine-Saint-Denis), se probaron de nuevo en una nueva prueba para asegurar la integridad física de los fanáticos y las instalaciones del estadio. Esto finalmente no es todo sino se profundiza las causas de estás manifestaciones violentas que son más profundas con toda seguridad.