El debate en torno a las cuestiones urgentes que el país necesita -que no aparecen en la vida política ordinaria- tendría que ser cada vez más repicado en estos tiempos.
Ahora las diputada Katia González ha planteado que se usan recursos de las dos Binacionales para comprar autobuses eléctricos que harían que no dependiéramos siempre de la suba o no del precio de los combustibles fósiles para que estos se muevan.
La idea es atractiva y debería ser apoyada como tal. Estamos hablando de más de quinientos unidades de transporte eléctrico. Los chilenos, que no producen nada de combustible y que tienen mucho ingenio y capacidad, ya tienen 2500 unidades de transporte público eléctrico circulando por ese país y ya están montando esos vehículos. Nosotros con el per cápita hidroeléctrico más grande del mundo estamos perdiendo nuestro tiempo; cuando estos autobuses estén disponibles en el país, el pasaje no debería costar más de G.800, muy diferente a los costos actuales y el la ANDE ha dicho con claridad que tiene capacidad, en los términos actuales, de poder recargar estos vehículos sin ningún tipo de inconveniente.
Los costos de mantenimiento también serán drásticamente menores. Si nuestros supuestos empresarios del transporte entendieran la lógica del mundo en el que vivimos, estarían buscando aliados, conocimientos e inversores para traer esos autobuses a nuestro país y poder gerenciarlos con mucho mayor éxito y margen de ganancia; pero como para ellos esto no es más que un negocio a pérdida que lo hacen por filantropía en complicidad con un Estado subsidiador, no les importa para nada el interés de la gente y menos utilizar el recurso hidroenergético que tenemos en abundancia.
Vayan a Chile y aprendan como se hace.