Y los honorables no logran votar su libelo acusatorio
“Nadie resiste un cañonazo de 50.000 pesos”. La frase de Alvaro Obregón, presidente y jefe revolucionario mexicano de los años ’20, tiene gran actualidad un siglo después de ser pronunciada. Obregón había comprobado que se puede bombardear un baluarte días enteros sin doblegarlo. Pero una valija llena de dinero dirigida al general correcto, obra milagros. Y 50.00 pesos mexicanos de esa época eran una enorme fortuna.
¿Qué otra cosa puede pensar el ciudadano cuando comprueba, día a día, cómo se desmigaja y se va disolviendo el intento de llevar a juicio político a la Fiscal General del Estado? Se tomaron todo el tiempo del mundo para completar la carpeta de antecedentes. Llevaron el tema a plenarias extraordinarias de la Cámara de Diputados. Se escucharon trepidantes discursos fundamentando cada uno de los puntos de acusación. Naturalmente, el debate que siguió a cada uno de ellos tuvo de todo, desde descargos formulados con seriedad hasta sainetes de la más baja estofa.
La técnica parlamentaria admite muchos recursos. Cuando las papas queman, el afectado echa mano a lo que puede. Por ejemplo, no dar quorum para frustrar una plenaria. Es el momento en que la contabilidad hace su trabajo, encolumnando los votos a favor, en contra y, sobre todo, los indecisos, la clave para volcar un resultado. Hacia ellos se apunta la artillería.
Ese punto de quiebre pende sobre el juicio político a la FGE desde un comienzo. La etapa inicial de formulación y presentación del libelo acusatorio pudo haber terminado en la segunda semana.
Pero el lunes se inicia la tercera tanda de sesiones y nada está claro aún. Lo que sí está claro es que a medida que transcurre el tiempo sin llegar al punto de conclusión, aumentan las oportunidades para volcar la paridad de votos, en uno u otro sentido.
En el intento de juicio a Sandra Quiñónez hay un objetivo directo y otro por elevación. El primero, su destitución dada su cuestionada gestión al frente de la FGE. Y el segundo, que el sucesor en el cargo abra las investigaciones correspondientes sobre el ex presidente Horacio Cartes a partir de la denuncia presenta en su momento ante el ministerio público.
En la medida en que los diputados dilaten la formulación de su acusación y no logren votar su envío al Senado, habrá tiempo para escuchar algunos cañonazos más, aunque esta vez, serán de dólares USA.