Si hablamos del término pobreza podemos definirlo de una manera sencilla como la falta de dinero, es decir la carencia de ingresos que hace imposible que el consumo ocurra. Teniendo en cuenta esto, decimos que la pobreza, es lo opuesto a la riqueza o a la acumulación. Existe un tipo de pobreza denominada multidimensional, que más allá del dinero abarca la falta de acceso, seguridad, voz, igualdad, saneamiento, infraestructura, salud, educación, además de la ausencia de representación política. Eso pasa en nuestro país en el año 2021.
A nivel institucional, la pobreza constituye una amenaza creciente, ya que la disconformidad de la población genera, además de un sufrimiento innecesario, un descontento generalizado, lo cual termina en disturbios organizados por civiles que buscan obtener del estado un mejoramiento, no solo en los servicios básicos, sino también, un apoyo en el crecimiento económico a fin de que la distancia entre los ricos y los “pobres” sea nula y sea el trabajo bien remunerado un punto en común entre ambas clases sociales.
Solo como ejemplo, el año 2020, el PGN en el ejercicio fiscal, contempla unos 2 billones de guaraníes para lograr la protección a familias en situación de pobreza, cuyo número actual es de 1.679.810 personas, de las cuales un aproximado del 36% es atendido por el programa “Tekopora”. Así mismo en este año se prometió garantizar la protección del trabajo infantil en situación de riesgo de 9.295 niños y adolescentes. Estos programas sirven de contención ante un problema cuya solución de fondo no se logró en 30 años de democracia.
El Paraguay es un país muy rico en recursos, no solo naturales sino intelectuales. El paraguayo se las ingenia siempre y es próspero cuando sale de su país. Esa fórmula debemos de descubrir para hacer de los que se quedan, la motivación para erradicar la pobreza. Si no lo hacemos con urgencia el Paraguay será un país extremadamente rico, habitado por gente extremadamente pobre.