Llegar a la condición de mendigos es una tarea compleja en el ser humano. Es haber perdido todas las capacidades, dejar un lado el orgullo y entender que no hay otra manera de sobrevivir que extendiendo las manos. En el tema de las vacunas estamos así. Paraguay se encontraba sometido a la corona española o dependía de dádivas , después pudo ser el primer país sudamericano en independizarse en 1811
Hoy ya no existe lo que alguna vez fueron territorios imperiales de monarquías europeas que controlan el mundo. Así y todo, ahora dependemos de nuestra inutilidad y de algunos países que controlan sus bienes y mercados, asegurando su economía para seguir vivos.
La pandemia nos ha vuelto de nuevo dependientes de la generosidad de los qataríes, americanos, indios o chinos y mostrado que incluso con dinero como nosotros no somos capaces de comprar en tiempo y en medio porque estamos dominados por la tentación corrupta de hacernos con algo en el proceso.
No somos solo mendigos sino que lo somos porque somos corruptos. Vamos terminando el mes de mayo y luego entra un mes clave para que EE.UU. nos done las vacunas que les ha sobrado. Además de eso en Paraguay debido a la procrastinación y carencia de previsión seguimos sumidos a la buena voluntad de los americanos, ahora ya tenemos lo que debió existir hace tiempo cómo balones de oxígeno, hasta para respirar estamos sometidos a la entrega de soldados americanos de los tubos de oxígeno para nuestros hospitales.
Tenemos que recuperar la dignidad, ser orgullosos de nuestra condición y de usar los recursos para los propósitos que se requieren sin pensar en robar en el camino.