La percepción que se tiene en el Paraguay en este momento es que no tenemos un Estado preocupado por la gente.
Nuestros administradores están concentrando tiempo y energía en cuestiones electorales, mientras tanto, la gente se muere y se mata en las calles. Los niveles de robo han aumentado notablemente, y la inflación termina devorando los ingresos de la gente.
Hay varios temas sobre los que no escuchamos que nuestro Presidente hable, y el Ministro de Hacienda diera las palabras que entusiasmen a la gente con la posibilidad de salir de esta circunstancia; muy por el contrario, el silencio, el mutismo del Gobierno nos demuestra que las prioridades de ellos en este complejo difícil y delicado año 2022 no está centrado -para nada- en la gente.
La cuestión se reduce a las internas de los partidos en diciembre de este año, y las generales de abril del próximo año. Mientras tanto parece ser que el grito es “sálvese quien pueda y cómo pueda”.