Cuando la energía baja de costo, tiene que bajar el precio final sobre el que paga dicha energía.
Lo que se esperaba que aconteciera, pero no en la medida ni con la información precisa, el Paraguay decidió rebajar el precio de la energía eléctrica que consumimos en nuestros hogares en un 25 por ciento. Pero por un extraño periodo de sólo cuatro meses, lo que lleva a interpretaciones que no sean necesariamente económicas y financieras.
Itaipú en día a 42 dólares el megawatt mientras estaba pagando sus deudas con los bancos. Cuando la deuda se acabó, después de 50 años casi, el valor de la energía contratada bajó de precio a 20 y monedas.
Eso significa que el costo de la energía generada se rebaja en la mitad, lo que tendríamos que tener en nuestras casas es una rebaja también de la mitad del costo de nuestra energía.
Ya habrá algunos que dirán: “No, pero hay que amortizar las inversiones que se hicieron para el traslado de energía desde Itaipú hasta Villa Hayes y hasta otros centros de distribución. Hay una deuda grande aún de la Ande para con el servicio, es una empresa que necesita ser invertida en siete mil millones de dólares y es muy importante que las tarifas estén altas para subsidiar ese proceso de inversión”.
Pero lo concreto y cierto es que cuando la energía baja de costo, tiene que bajar el precio final sobre el que paga dicha energía. El que se lo haga, reitero, por cuatro meses, da la sensación y el oficio de que esto tiene un sesgo electoralista.
Hay comicios a mediados de diciembre de este año. Esto tendría que ser un anuncio bastante claro diciendo de qué manera a partir de ahora vamos los paraguayos a disfrutar el per cápita ido energético más grande del mundo y de qué manera los otros aspectos del tratado tendrían que ser discutidos.
La energía que no consumimos, no necesariamente deberíamos venderla a Brasil sino vender a otros países que estarían dispuestos a pagar cuatro o cinco veces más de que el precio que pagamos por la energía contratada.
Hace falta más transparencia, más claridad. La negociación sobre el 25 por ciento es algo, pero muy poco. Debería haber sido el ciento por ciento, porque el ciento por ciento bajó el costo de la energía contratada de Itaipú.