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No solo es Romerito

El polémico caso que destapó la pensión graciable para el ex jugador de fútbol Julio César Romero llevó a volver a mirar esa figura tantas veces cuestionada pero muy pocas veces atendida. El dinero que el Estado otorga de manera mensual a reconocidas figuras de la cultura, la ciencia, el deporte y que ha logrado aportar un valioso legado a la sociedad, desde hace años viene utilizándose de manera tan vaga y muchas veces como favores políticos.

El Ministerio de Hacienda, registra en la actualidad, más de Gs. 4 mil millones que debe de desembolsar para cubrir el compromiso que, por ley, establece las pensiones graciables para 403 personas. En el 2014 alcanzó su pico más alto con más de Gs. 7 mil millones que salían de las arcas del Estado para cumplir por los pensionados.

Pero creo que el problema no pasa mucho por cuantas personas están con dicho beneficio y el monto que representa. La pregunta que muchas veces se ignora es: quien recibe la pensión y por qué logró un beneficio. Y ahí, si entramos a estudiar caso por caso, de seguro nos encontraremos con grandes sorpresas.

La Ley N° 4027/2010, que regula el otorgamiento de las pensiones graciables, establece en sus artículos las condiciones que deben de darse para acceder al aporte del Estado. Y una de ellas, es la imposibilidad de generar ingresos que le permita tener una vida digna. Es decir, que sufran de algún impedimento para trabajar. Además, de haber prestado servicio al país o destacarse en actividades científicas, artísticas, deportivas o culturales.

Insisto, aquí no pretendo juzgar quien merece o no una pensión por su aporte al país. Aquí, sencillamente no se cumple la ley, hay quienes necesitan, sin dudas, y otros que no. El caso Romerito viene a recordarnos como se manejan los recursos del Estado, qué criterios se tienen para meter la mano en la lata y repartir el dinero. El caso Romerito nos recuerda que hay parlamentarios que levantan la mano sin mirar el fondo de la cuestión, sin importar si se hace bien o mal. La irresponsabilidad de los que conducen el país nos sigue llevando por ese camino que nos agobia. No se trata de Romerito, se trata de otros tantos casos que no son mediáticos pero que en el escondite del beneficio están encerrados y protegidos por varios políticos.

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Expertos en Historias urbanas.

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