Como cada año, el inicio del año lectivo deja al descubierto las carencias en infraestructura en las escuelas y colegios, la falta de previsión para llegar con todas las adecuaciones para recibir a los miles de estudiantes de todo el país; pero por sobre todo, pone de manifiesto la falta de interés por parte de las autoridades de turno de invertir y trabajar por un cambio de paradigmas tal como lo requiere desde hace décadas la educación paraguaya.
Para Robert Cano, exviceministro de Educación, es de suma urgencia triplicar el presupuesto asignado a la cartera de educación para lograr el efecto derrame en infraestructura y capacitación docente. No obstante, hasta el momento no existe voluntad política para honrar este compromiso.
¿Cómo observa el reinicio de las clases en cuanto a infraestructura y condiciones sanitarias por el tema del dengue y chikungunya?
El retorno es un desafío recurrente, todos los años el dilema del Ministerio de Educación es el mismo, con una infraestructura insuficiente. Cada tanto sufrimos problemas por los mosquitos que transmiten enfermedades. La raíz de todo esto tiene que ver con el presupuesto que es insuficiente.
Por más esfuerzo que se haga en el año, siempre quedan deudas pendientes en las cerca de 10.000 escuelas. Además, hay un crecimiento desequilibrado de la matrícula de colegios que tienen pocos estudiantes o que tienen una sobrepoblación de alumnos. Es una cuestión de presupuestos, hace décadas necesitamos de estas inversiones y no existe un compromiso real de los gobiernos.
¿Cuánto es el presupuesto asignado para educación hoy en día?
Alrededor de US$ 1.000 millones, ese es el histórico. De esta cifra el 90% es para gastos rígidos. Es para capacitación de docentes, tecnología pero no dejan nada para infraestructura.
¿Cuánto debería de ser el presupuesto desde su punto de vista?
Debería ser el triple, estamos hablando de invertir en infraestructura, en formación docente, en la provisión de textos escolares y almuerzos para los alumnos. Hay que reconocer que cerca del 45% de los estudiantes son de la franja de pobreza.
Otro factor a mencionar son las becas y la retención del sistema educativo. De cada 100 alumnos unos 45 terminan la secundaria. Por ende, hay algo que se llama movilidad social, los estudiantes que nacen en pobreza tienden como destino la informalidad a la hora de buscar empleos por no poder terminar sus estudios. Entonces son varios los desafíos y la retención de los estudiantes en el sistema educativo es uno de ellos.
¿Qué opina del nivel docente?
Es una cuestión que tiene que ver con el Ministerio de Educación, he notado que los docentes tienen un gran compromiso pero no cuentan con recursos. Hay una gran voluntad de parte de ellos y desde la pandemia se ha observado eso. Sin embargo, el Ministerio no ha les ha brindado el soporte correspondiente. Estamos con necesidades básicas no resueltas, todavía hay escuelas con infraestructura precarias que necesitan mantenimiento.