Así cómo la pregunta ¿ya te vacunaste? es común en círculos sociales, lo que está empezando a ser común en la sociedad es el dar lugar al debate del género (masculino-femenino)que equilibra al ser humano. El ámbito de la conversación un tanto rispida va desde el deporte a la política.
En Paraguay pareciera que ese estadio del desarrollo está aún en el periodo del Cromagnon con las expresiones denigrantes contra las mujeres del diputado colorado Roberto González quien calificó a sus colegas de: «putas con escapulario» en la sesión del miércoles 21 de julio.
Más allá del simbolismo
En la vieja Europa el equipo de handball femenino de Noruega se negó a jugar con las reglas habituales del deporte y fue multado.
Bien sabemos que mientras aquí nos quejamos por el frío, en el norte no solo el calor incomoda a la gente sino es temporada acorde para competencias deportivas. Que de acuerdo a su temporada tienen códigos establecidos para competir cómodamente. Pero cuando se quiere enviar un mensaje todo cabe.
El equipo noruego llevaba semanas planeando romper las reglas para señalar el doble rasero que se aplica a las atletas. Las jugado unas usaron pantalones cortos el domingo en competencia internacional y no bikini como es el uso normal.
El entender a un grupo humano y dar el espacio que demanden facilita el desarrollo de los proyectos sea cual fuere este. Ahora se dio por la negativa del equipo de jugar su deporte con indumentarias tradicionales que según el equipo no era cómodo hacerlo para ellas y eligieron enviar un mensaje.
Una lucha sin fin
La Federación Noruega de Balonmano, dijo que no había ninguna razón para que las atletas tuvieran que llevar bikini en los partidos. “Las mujeres deberían tener derecho a tener un uniforme que consideren adecuado para actuar en su deporte”
Así siendo la regla que se establezca es importante escuchar y saber comunicar el por qué no se desea cumplir o no con la misma, sea del género que fuese para que se desarrolle bien cada proyecto y en el camino ganar espacios para la mujer.
Va ganando espacio el género femenino, sin embargo entre nosotros hoy de vuelta tuvimos un capítulo desagradable en la cámara baja donde un parlamentario colorado: Roberto González de Piribebuy ofendió a sus colegas mujeres. El nivel de repudio de la diputada Celeste Amarilla tampoco estuvo al nivel esperado cuando tenía a mano varios recursos históricos para argumentar de manera más contundente y dura.
Entre nosotros, el debate es muy diferente a las expresiones simbólicas de las nórdicas pero en ambos casos la paridad entre hombre y mujer sigue siendo un capítulo no decantado aún en todas las sociedades