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Mujeres empoderadas y agraviadas

Ser mujer es una bendición y un castigo a su vez por distintas razones, por lo primero porque hablamos de un género humano con muchas capacidades y fortalezas por su naturaleza y por las cosas orgánicas que debe vivir cómo la menstruación, el embarazo, la menopausia y en algunos casos pasa discriminaciones, abusos y en casos corre el riesgo de perder su vida en feminicidios. 

Algo que no tiene sentido en primer lugar porque hablamos de quitar la vida de un ser humano sin importar su género, edad, dimensión, clase social religión o ideas, es un ser humano  que debe ser respetado e integrado en proyectos políticos, financieros, científicos y sociales sin ser segregados. Cómo todo ser humano en el mundo puede pensar y aportar ideas para desarrollar o mejorar trabajos que sirvan para la comunidad.

Uno donde existimos entre hombres, mujeres, niños, jóvenes, adultos, personas discapacitadas, homosexuales y transexuales con distintas capacidades, talentos y recursos que pueden servir para inspirar a varias personas aunque no sean mujeres a ir para delante aunque parezca imposible o muy difícil.

Lo complejo y para algunas personas hazaña imposible de enfrentar fue lo que lograron 3 mujeres; terminar una carrera de 750 millas hasta Alaska.

Un trío de madres de unos 40 años, ha impreso sus nombres, género y habilidades en el libro de proezas humanas, el  trío de mujeres de unos 40 años apodado Sail Like A Mother, “Navega como una madre” conformado por Bri, Katie, and Melissa, participó y llegó hasta Alaska en la competencia carrera hacia Alaska, que está ubicado en el extremo noroeste de América del Norte, en la región Oeste del país, división Pacífico. Limita al norte con el océano Ártico, al este con Canadá, al sur con el océano Pacífico y al oeste con el mar de Bering (océano Pacífico).

Dura carrera

También conocida por las siglas en inglés R2AK, esta carrera dura 36 horas y sus participantes utilizan botes o cualquier herramienta para navegar con el fin de completar la distancia que separa el Puerto Townsend, Washington, Estados Unidos con Ketchikan, Alaska, que representan una distancia de 750 millas, unos 1207.01 kilómetros. 

El mismo  no fue encarado por un bote normal cómo su competencia sino un bote algo rústico movido a pedales. Lo que destaca es la fuerza en las piernas de estas mujeres que de esta forma no solo han dejado en alto sus nombres, el de sus hogares o lo que representan sino sobre todo a uno de los géneros que debemos respetar, cuidar e integrar en nuestros hogares.  No solo para que ordene, limpie, cocine o lo que genere comodidad en nuestras viviendas sino sobre todo para que dirija trabajos y planes que sean útiles para hacer habitables algunos cuartos de nuestra casa, oficina o espacios donde existamos. hombres y mujeres para estudiar, trabajar o vivir juntos en armonía y sin humillación, agresiones o segregaciones o lo que quiebre el sentido de trabajo en equipo. 

Estas damas han logrado completar la carrera a Alaska y de esta forma estimular a muchas y muchos que a veces dudamos de la capacidad de la mujer que no debe ser cosificada o ser tomada cómo objeto de distracción, humillación o abuso sino la debemos cuidar y respetar siempre y cuando se ajusten a los parámetros de trabajo donde, cuando y con quién sea.

La mujer cómo el hombre somos referentes siempre, lo que nos obliga a tener cuidado con los modos y formas de comportarnos y/o reaccionar ante cualquier estímulo, para lograr seguir siendo referentes a estudiantes jóvenes y niños de cualquier género, de esta forma aseguramos la estabilidad y constante superación de los miembros de nuestras sociedades.

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