En este artículo, saco a relucir, el impacto que tiene la mujer en el trato hacia los demás y hacia una misma; en un mundo donde las mujeres somos las principales protagonistas desde el principio de la humanidad que, a pesar de los obstáculos, vivimos constantes transformaciones en la lucha por nuestros derechos, y en la búsqueda de un reconocimiento por su entrega, dedicación, sacrificio y valentía como grandes aportes a la comunidad.
En tal contexto, “Las Mujeres”, sufrimos ciertos cambios hormonales en el cuerpo, en el día a día, y con los múltiples roles como de ser: administradora del hogar, cónyuge, madre, profesional (trabajadora), a veces se complica la idea de mantener el auto control, tal es así, que vivimos a las corridas, por las mismas exigencias rutinarias en cuanto a: las tareas del hogar y el trabajo, buscando un equilibrio en los quehaceres diarios y en las relaciones humanas, y que sobre un espacio para dedicarnos a nosotras mismas, para cuidarnos y mimarnos, dedicarnos a nuestro desarrollo personal, para así llevar una vida agradable y armoniosa.
Mujer: Nuestra actitud, conducta y voluntad, tiene la fuerza para cambiar el “buen o mal ambiente en que vivimos”. El buen trato en las expresiones, de la manera que salen de nuestra boca esas palabras adecuadas, positivas, alentadoras; como dice Nam Nidhan, (una mujer chilena propulsora del liderazgo de las mujeres y yogista): “Con cada palabra emitida conscientemente y desde el corazón, construyes tu soberanía e influencia de elevación en tus ambientes., con cada palabra hablada desde el impulso y el ego, creas destrucción y separación, alejándote cada vez más de ti misma y del propósito de tu vida”.
Es la fuerza de “luz o de sombra”, que tiene una mujer en el lugar que le rodea, hoy en día cada vez es más difícil crear relaciones sanas y duraderas, sin embargo, es tan fácil destruirlas si permitimos el destrato se instale en todos los sentidos de nuestras vidas, permitirnos influenciar y brillar, así como crear ese espacio enérgicamente positivo y saludable.
Nuestras conductas, nuestros modales, se basan en esta frase de ley de atracción: “Atraerás hacia ti aquello que se asemeja a lo que ya se encuentra dentro de ti”.
El poder de modificar el entorno donde nos desenvolvemos, en la cotidianidad, impactar positivamente, mejorar las palabras, las expresiones, sin buscar contienda, inútiles discusiones, evitar humillar, degradar, criticar, menospreciar, quejarse por todo y por todos.
El respeto, es uno de los valores éticos más importante para la convivencia con los demás, un buen trato, como fuente al tacto y estimación, que hace sentirse en un ambiente agradable y sano para todos/as.
De dar y recibir un buen trato, la reciprocidad, y porque lo merecemos, hace de las relaciones más felices y satisfactorias.
