Hay que recuperar el viejo edificio de la Policía Nacional
La historiadora Silvia Rey Méndez, arquitecta con una maestría en bienes patrimoniales, define como conjunto monumental del centro histórico de Asunción las plazas del Congreso y los edificios que la rodean, tales como la Catedral Metropolitana, el Cabildo, el antiguo colegio militar hoy Congreso, la fachada trasera del Teatro Municipal y la antigua residencia del ciudadano Cantalicio Guerrero, primera sede de la Orquesta Nacional que actualmente sirve de sede a la Policía Nacional.
Se supo que la Dirección de Gestión Personal de la policía está realizando algunas adecuaciones del edificio, gastando en ello alrededor de Gs. 1.700 millones, bajo el rubro mantenimiento y reparaciones. Da miedo pensar en las cosas que podrían llegar a hacerse, aparte de las que ya se habrán hecho, en un edificio cuyo valor histórico es considerable para una ciudad que ha sufrido ya innumerables recortes, modificaciones y “modernizaciones” en su limitado patrimonio histórico edilicio. Observando postales de los años ’50, hemos visto desaparecer la esquina de Chile y Estrella en donde un edificio neoclásico cayó bajo la piqueta para dar paso a un modernoso edificio bancario. Igual suerte corrió otra casona, más antigua aún, en Palma entre Chile y Alberdi, demolida para instalar allí una horrible caja de zapatos ocupada por otro banco. Esta furia transformadora arrancó durante la primera mitad del siglo XX y continuó hasta bien entrada la segunda, periodo que se llevó valiosas joyas arquitectónicas llenas de historia y de simbolismo.
Por eso ahora abogamos por la recuperación del edificio que alberga la comandancia de la Policía Nacional, institución que merece una sede más acorde con los requerimientos técnicos y operativos de este siglo. Su mudanza permitiría entregar a los expertos restauradores la antigua casona que, a simple vista por Google Earth, sufrió algunos implantes estructurales para adaptar el antiguo cuadrángulo con patio interior a los requerimientos de la fuerza policial. Es un sitio ideal para instalar allí un museo y habilitar espacios para conferencias y otras actividades de contenido académico o cultural.
Es probable que una movida de esta naturaleza no figure entre las prioridades del Gobierno nacional y mucho menos municipal. Tal vez lo sea cuando el daño patrimonial sea irreparable.
