El acceso a las redes sociales, la mensajería y la geolocalización a través de los dispositivos móviles han cambiado la forma en la que los migrantes buscan llegar a Estados Unidos a través de México, lo que les expone a mayores riesgos en su trato con los traficantes de personas.
Así lo refleja el nuevo estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) “Las tecnologías de la información y comunicación y el tráfico ilícito de migrantes en América central, México y la República Dominicana”, que muestra cómo las redes criminales y los migrantes se adaptan al contexto tecnológico.
“Las redes de tráfico de migrantes cambian de modus operandi constantemente y se valen de las tecnologías para llevar a cabo sus actividades”, explicó en entrevista con EFE la oficial de investigación del Programa Regional sobre Migración Mesoamérica-Caribe de la OIM, Estela Aragón.
Este fenómeno, que conlleva que los “coyotes”, como se conoce a los traficantes de migrantes, empleen plataformas como TikTok para ofertar sus servicios o monitorear el viaje de sus clientes a través de la mensajería instantánea, se acentuó a raíz de la pandemia y las restricciones a los desplazamientos, incluido los migratorios.
“Hay un riesgo importantísimo de estafa. (Los migrantes) ni siquiera tienen a un persona en frente y muchas veces se realizan los pagos y reciben el servicio de manera ilícita”, expuso Aragón.
Al estar ausente en el trayecto migratorio, añadió, los coyotes pueden cortar el contacto cuando sea conveniente para su seguridad, de modo que la persona migrante “asume todo el riesgo”.
Pero el informe también destaca los beneficios que las tecnologías aportan a los migrantes al acceder a información sobre las rutas, mapas y la posibilidad de estar en contacto con sus familiares.
Aunque el 64 % de los migrantes admitió emplear las tecnologías, la mayoría son personas entre los 26 y los 35 años, mientras que aquellas mayores de 46 años apenas las utilizan.
La organización entrevistó a 531 migrantes adultos procedentes de Colombia, Ecuador, El Salvador, Haití, Guatemala, Venezuela, Guinea, Italia o Jordania, todas objeto de redes de tráfico de personas, a quienes cuestionaron acerca del uso que estas hicieron de las tecnologías.
Los cuestionarios se realizaron en distintos puntos de la ruta migratoria hacia Estados Unidos, empezando en Panamá y pasando por Costa Rica, Honduras y varios estados mexicanos como Chiapas, Oaxaca o San Luis Potosí.
FUENTE: EFE