No tenemos la costumbre de hacer el seguimiento necesario de lo que se dice de una institución o de una persona. Son pocas las organizaciones públicas, gremios o empresas que trabajan con plataformas de escucha digital que les permita saber qué nivel de visibilidad tienen o donde se pueden generar crisis y posibilidades de comunicación.
La comunicación que se limite a gacetillas, publinotas y pautas ya sea en medios tradicionales tanto como en redes sociales está destinada a ser opacado por quienes busquen/tengan el objetivo dentro de su estrategia de posicionarse de manera orgánica y escalada.
No se trata de una entrevista o un artículo. Se trata de entender el interés de las audiencias en el segundo a segundo, en el día a día para encontrar en esos espacios el lugar donde posicionar el relato y la visibilidad que se busca.
Es una carrera de contenidos y de audiencias donde los voceros necesitan ser flexibles y trabajar con equipos que entiendan los lenguajes y a las audiencias.
Es la llamada campaña constante, donde no se buscan votos, se busca reconocimiento jugando con la falacia de la autoridad y repitiendo los mantras que esculpan el mensaje en el inconsciente colectivo.