Brindando una cruda proyección en torno al hambre que se sufre en el país, el Instituto Nacional de Estadística (INE) desarrolló un estudio de medición de la seguridad alimentaria en el país. A través de la recopilación de datos referentes al tema, quedan determinados los diferentes niveles a través de los cuales las familias paraguayas padecen el hambre.
Unos 25 de cada 100 hogares se ven en la obligación de bajar la calidad o cantidad de sus alimentos, ya sea por falta de dinero o recursos, esto mientras 5 de cada 100 hogares no solo redujo las veces del día en las cuales se alimentaba, sino que incluso dejan de comer por uno o varios días debido a su nivel de carencia.
Con respecto al último punto, este resulta crucial para comprender la realidad de la inseguridad alimentaria, pues la misma se encuentra estrechamente ligada a la situación de pobreza. De acuerdo al representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Paraguay, Jorge Meza, la inseguridad alimentaria afecta al 48% de los hogares pobres del país.
Jorge Meza
“A nivel global, la inseguridad alimentaria moderada llega al 30% de la población, mientras en América Latina y el Caribe se llega al 40%. En ese contexto, Paraguay tiene una afectación del 25% y de alguna manera se puede decir que, el país se encuentra mejor, pero de igual forma se debe seguir luchando por la erradicación total”, consideró Meza, debido a que lo ideal siempre será estar en cero impactos de inseguridad alimentaria en el país.
A decir del representante de la FAO, como la inseguridad alimentaria es uno de los tantos efectos colaterales de la pobreza, la misma se podría paliar mínimamente a través de transferencias condicionadas o con programas que generen trabajos directos con ingresos suficientes que permitan tener un mejor nivel de seguridad alimentaria.
“De manera estructural, se debe pensar que la seguridad alimentaria no se garantiza únicamente con la producción de alimentos, sino que consiste en un conjunto de servicios a ser articulados para permitir accesos a las asistencias institucionales”, indicó el representante de la FAO.
CONSECUENCIAS DIRECTAS
La inseguridad alimentaria se encuentra estrechamente ligada con impactos en la capacidad de desarrollo intelectual de los niños. Siguiendo esa línea, el desempeño de un adulto en diversos aspectos de su día a día también se puede encontrar comprometido, generando importantes problemas de salud.
De esta manera, aparte de graves impactos socioeconómicos que acarrea la inseguridad alimentaria, puede representar una doble carga hacia los sistemas de salud nacional, por la inaccesibilidad de alimentos ricos en calidad y cantidad que terminan por debilitar ampliamente a las familias paraguayas.
DATOS RELEVANTES
Cuando se habla de inseguridad alimentaria, también se pueden observar brechas de género dentro de la realidad, pues de acuerdo al estudio mencionado, el 29,98% de las mujeres padece de una falta moderada de seguridad alimentaria siendo jefa de hogar, en comparación con los hombres como jefes de hogar que lo padecen en un 22,22%.
“Esto se debe a lo que venimos discutiendo habitualmente en Paraguay, pues debido a las actividades que realizan, enfocadas en el cuidado de la familia, muchas veces no tienen recursos suficientes o tiempo para generar ingresos que puedan ayudarlas a buscar alimentos de calidad”, enfatizó Meza.
