Pensé mucho en escribir este artículo, porque al principio no me animaba. Pero también consideré que le puede ayudar a otras personas que viven una experiencia similar a la mía, y tal vez precisen de algún aliento para seguir adelante con la vida, que a veces nos hace probar su lado más amargo y oscuro.
La pandemia me ha alejado de algunos amigos y amigas, y también me dio la oportunidad de conocer a nuevas personas. Siempre he sido una chica social y abierta. Rápidamente le tomo cariño a la gente.
Siempre tuve muchas amistades, pero en marzo de este año, en plena pandemia, le conocí a alguien quien al principio fue jovial y amable. Nos hicimos amigos, pero de la noche a la mañana cambió radicalmente. Empezó a cuestionarme aspectos muy personales, criticaba todo, hasta por qué hablaba mucho.
Al principio, dije que probablemente no tuvo un lindo día. Dejé pasar. Luego volvimos a comunicarnos. Siempre cuestionaba algún aspecto negativo o me daba consejos periodísticos de mala manera. Intenté que su pensamiento negativo no me afecte, pero fue imposible. Sentía que iba perdiendo mi autoestima.
Siempre fui honesta y trasparente, entonces una mañana gris le escribí para decirle que sentía que las cosas no iban bien, y que nuestra frágil amistad tendría que terminar. Le pedí perdón por ser tan sensible y por hablar mucho. ¨Pero ni le importó lo que yo sentía. Empezó a desviar la conversación.
Le comenté a una amiga y ella me ayudó. Me dijo que tenía que desprenderme de esa persona, porque me estaba contaminando la mente con ideas sucias acerca de mi persona y mi carrera.
Una vez me cansé y decidí alejarme para siempre de esa persona, y volví a reunirme con mis amigas de estudios y de trabajo, me vinculé nuevamente con amistades con pensamientos positivos, que proyectan entusiasmo, alegría y con ganas de brillar en sus respectivas profesiones. Y ahí me di cuenta de lo importante que es el entorno social.
Hoy más segura, estoy con ilusiones y con muchos proyectos, vivo alejada de la gente tóxica, estoy lejos de los chismes baratos, vivo alejada de las aspiraciones vanidosas, y de la gente que solo busca salir 5 minutos en TV para sentirse con poder y hasta más atractivo.
Es tan saludable rodearse de gente feliz, solidaria, con metas, con predisposición para ayudar y escuchar a los demás. Ese entorno hace magia y devuelve la paz y las emociones fuertes.