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La financiación de los partidos políticos es un tema clave en cualquier sistema democrático y hay diferentes mecanismos que buscan evitar que una persona o un grupo de personas tenga tanto poder que puedan colocar con muchos recursos económicos a un presidente de la República u otros cargos electivos.
Eso está pasando en el Paraguay cuando vemos la situación financiera por la que atraviesa el Partido Liberal Radical Auténtico, que tiene una deuda acumulada de aproximadamente dos millones de dólares, una cifra muy pequeña para lo que cuesta ser presidente del Paraguay y que incluso llegó a alcanzar más de US$ 40 millones.
El que no tiene dicha cantidad no puede juntar los votos para alcanzar la presidencia, para lo cual tendría que buscar mecanismos en la reforma del sistema electoral paraguayo que permita transparentar el origen de cada centavo que se coloca en tiempos electorales en una campaña.
Además, tendría que acortarse la campaña electoral, como lo hacen los países escandinavos, donde solo establecen 15 días para presentar propuestas y para ganarse el favor de la gente, con lo cual se disminuyen notablemente los gastos de campaña, especialmente aquellos que se hacen y canalizan a través de los medios de comunicación.
Todos estos mecanismos pueden ser válidos para evitar que el dinero sucio, el del narcotráfico, el de la ilegalidad, siga siendo determinante a la hora de conseguir los votos y terminar destrozando financieramente a los partidos políticos que no encuentran mecanismos para encontrar financiación que no sea del mismo origen y con el mismo propósito.